TEGUCIGALPA.- Otra caravana de migrantes centroamericanos partió en las últimas horas desde Honduras para llegar a la frontera con Estados Unidos, siguiendo la misma ruta que recorrieron en 2018 miles de personas que querían huir de la pobreza y la violencia.
En principio unas 600 personas se congregaron bajo una incesante lluvia en la estación de colectivos de San Pedro Sula, una de las ciudades más violentas del mundo. Y partieron en la oscuridad, horas antes de la salida prevista originalmente.
Unos 300 migrantes, principalmente mujeres y niños, subieron a 30 micros pequeños con la intención de ir hasta la frontera con Guatemala. Y otros tantos arrancaron a caminar y en cualquier otro vehículo rumbo a la localidad fronteriza de Agua Caliente.
Durante su marcha, algunos pidieron a propietarios de negocios comida o agua para el viaje.
A la estación siguió llegando gente, por lo que es posible que el tamaño de la caravana aumente pronto.
Una mujer (que se negó a dar su nombre “por seguridad”) contó que su hija de 9 años había sido violada y sufría graves problemas médicos. Con su hijo de 13, iniciaron los 3 el camino a Estados Unidos, donde solicitarán asilo o estatus de refugiado. “Ya no se puede vivir en Honduras”, dice.
Con toda probabilidad, esta nueva caravana generará tanto tensiones como simpatías a medida que avance por Guatemala y México, hacia suelo norteamericano.