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ASUNCIÓN. A veces, demasiadas, nuestro país se parece demasiado a esas republiquetas de opereta que suelen aparecer en películas, en donde el pueblo se muere de hambre mientras los gobernantes viven como reyes.

Es que nadie, razonablemente serio, puede creer que en Paraguay, donde faltan escuelas y las que existen tienen techos que pueden caer en cualquier momento sobre los niños, que hay pacientes que mueren por falta de atención médica o remedios, el presidente de la República tenga un entorno tan alejado de la realidad que puede darse el lujo de gastar más de 2 mil millones de guaraníes en flores, alfombras y café, en solo un año.

Todo bien con que los actos oficiales del Estado paraguayo se realizan en el palacio de López, pero no es posible que los responsables del gabinete civil y protocolo no puedan darse cuenta de que mientras los paraguayos sufrimos el feroz ramalazo de la recesión económica, ellos tienen que hacer vito con el dinero que reciben y que manejan a su antojo.

Resulta que desde agosto del año pasado hasta el mismo mes del 2019, el gabinete civil de la Presidencia gastó 2.682 millones de guaraníes en todo lo mencionado más arriba, además de utensilios de cocina, agua y abatidor de temperatura. Peor aún, en alquiler de toldos, tarimas, pisos, estufas, aparatos de aire acondicionado, equipos de sonido, pantallas LED, luces, etc., se gastaron 1.500 millones de guaraníes, y a nadie se le ocurrió que se podían conseguir esas cosas mucho más baratas y la diferencia destinarla a la compra de medicamentos para los necesitados, por ejemplo.

Dos arreglos florales costaron 500 millones de guaraníes; además, unos 200 millones se gastaron en café, 100 millones en agua mineral, y 150 millones en banderas. Aclaramos que todo esto fue solo para el gabinete civil. No queremos ni pensar en lo que habrán gastado las otras dependencias que funcionan en el palacio de gobierno.