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“Par de imbéciles”

Lo entrevistaba en la mañana de ayer, por la 107.5 de Ciudad del Este y Radio 1000, el director de nuestro diario el periodista Benjamín Livieres, al extitular de la Unión Industrial Paraguaya, (UIP), Eduardo Felippo. Analizaban el inesperado problema de las denuncias de fraude formuladas de golpe y porrazo por Efraín Alegre y su partner “Leíto” Rubín. El asunto levantó mucha polvareda, justo cuando aun las miradas del mundo estaban puestas sobre la democracia paraguaya.

El empresario demostró desde el inicio de la entrevista su disgusto con lo que estaba ocurriendo con  el tema electoral.

Hombre pragmático, acostumbrado al manejo de empresas que hay que llevar adelante, pese a los complicados escenarios económicos actuales, sacó a relucir un aspecto del asunto que preocupa a mucha gente que trabaja en este país. La posibilidad de que este infundado escándalo tenga un impacto negativo en la valoración que se tiene acerca del Paraguay en la comunidad política internacional, lo que determina como un apéndice normal, la estimación en materia económica, ¡vaya país de oportunidades!, con denuncias de trampas nada menos que en las elecciones generales.

El empresario lo dijo textualmente llevado por su genuina bronca con lo que está ocurriendo. “Este par de imbéciles, no se da cuenta de esto aparentemente. O juegan solamente su partido, sin importarles nada más”.

Entrevistado y entrevistador concluyeron luego que se debe hacer las denuncias si existen irregularidades, pero por los canales correspondientes. Las instancias son claras… durante el juzgamiento de las actas,  con el sobre 1, 2 o hasta 3, que todo está previsto en la larga experiencia en comicios que tiene la Justicia Electoral paraguaya que es modelo en Latinoamérica.

Felippo en realidad, con sus reflexiones, estaba dando una lección de madurez profesional y patriotismo. Justamente lo que le falta a los dos políticos cuestionados y a la mayoría de nuestra dirigencia respectiva.  No miran más allá de sus narices, de lo que ellos pretenden, el resto puede fundirse, ahogarse, perderse, que a ellos les tiene sin cuidado. Ridículos.

En este tema de la barrabasada con las denuncias de fraude electoral, hay un tercero en discordia. Se trata de Fernando Lugo. Él fue el que levantó el avispero. Y les dio ínfulas a los otros. Con su rostro de comadreja y  su hablar baboso y sibilante, cuestionó todo el proceso y habló de que tenía pruebas de 90.000 actas fraguadas. Ello asustó a todo el mundo, si ocurrió realmente era gravísimo. Pero al poco tiempo todo se desinfló. Este fantoche no presentó una sola prueba de nada, lo que en realidad quería era patalear por su amigo el abogado Marcos Fariña, a quien le faltaba esa misma cantidad de votos  para que pudiera llegar al Congreso.  El advenimiento a la política de este paraguayo descastado y perjuro, realmente resultó una completa desgracia para el país. Improvisado, mentiroso y felón, además de inmoral,  sigue queriendo dar cátedras, cuando que casi todo el mundo ya lo ha desenmascarado. Esta vez volvió a tener un papel preponderante en la payasada que armaron los popes de la alianza Ganar.

Por supuesto, no dudamos que todo concluirá tal como lo anticipó el TREP con mayores o menores ajustes. Pero nada más. El TSJE está en el podio de los ganadores desde hace nada menos que 8 elecciones generales, para venir a embarrarse justamente ahora.

En fin, lo dicho por Felippo define perfectamente la catadura de quienes propiciaron esto. Pero se quedó corto. No par de imbéciles. Trío de imbéciles.

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