Stiben Patrón, junto a su mandante, Efraín Alegre. El dirigente liberal dijo que “se quemará lo que haya que quemar”.
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Patrón reconoce que le gusta “quemar” cosas

ASUNCIÓN.- Stiben Patrón, operador político de Efraín Alegre y procesado por haber participado en la quema del Congreso, reconoció que le gusta “quemar” cosas en una abierta amenaza a quienes se animaron a escrachar a Desirée Masi y Rafael Filizzola, afirmando que “se quemará lo que haya que quemar”.

A confesión de parte, relevo de prueba, dice un conocido refrán que debería ser utilizado por los fiscales que están a cargo de la investigación del incendio del edificio del Congreso, ocurrido el año pasado, y por el que están procesados varios operadores liberales, entre ellos Patrón, quien, por lo visto, no tiene problema en utilizar los incendios como amenazas para quienes no están en su vereda.

Ni bien se supo que un grupo de personas estaban organizándose para realizar una manifestación frente a la casa de los Filizzola, Patrón utilizó su cuenta en Twitter para lanzar su primera amenaza, afirmando que iban a esperar a los cartistas en el lugar, ofreciendo pororó. Claro que cuando finalmente se realizó el escrache contra la senadora y su marido, ni se vio la prominente barriga del patotero efrainista.

Cuando vio que su actitud petulantita no asustó a nadie y, al contrario, pareció atraer a más gente con ganas de “comer pororó” frente a la casa en cuestión, el patotero decidió ensayar otra fórmula y, como por lo visto es demasiado “brillante” se le ocurrió utilizar el recuerdo de lo ocurrido el 31M del año pasado, cuando, encabezados por él y manejados por el presidente del PLRA, otros desadaptados invadieron el local del Legislativo y prendieron fuego a un poder del Estado.

Presumiendo de muy astuto, recurrió a ese incendio para advertir que estaba dispuesto a quemar lo que hubiera que quemar, sin darse cuenta de que con eso, en realidad, lo que estaba haciendo era reconocer el delito por el cual está procesado y que lo tuvo detenido un tiempo.

Stiben es tanto o más ridículo que su nombre, redactado de manera jamás vista, y sus devaneos de agresivo no convencen a nadie. Claro que la cosa puede cambiar si se le permite fabricar bombas molotov iguales a las que, con sus compinches y la complacencia de Alegre, fabricaron en el local liberal antes del ataque al Congreso. De hecho, ya ha demostrado con bastante contundencia que es un delincuente que muy bien puede sentirse tentado en realizar actos terroristas que atenten con la vida de los ciudadanos.

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