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ASUNCIÓN. El economista Santiago Peña, en conversación con los conductores de Tempranísimo, en la 970 AM, hizo un análisis sobre las consecuencias económicas que tiene y tendrá a futuro esta crisis por el coronavirus y destacó que “hay que priorizar la vida, y lo estamos haciendo; pero tenemos que tener una estrategia de cómo vamos a cuidar a los sectores más vulnerables”.

“Esta es una lucha que se lucha en varios frentes y tiene fases. Hoy, la fase es de la gestión y la comunicación, y probablemente ahí están los principales déficits y estamos perdiendo esta batalla; ojalá se pueda recuperar. Llegada la crisis, se pensó cuáles son las herramientas disponibles, y se aprueba rápidamente la Ley de Emergencia, que da 1.600 millones de dólares al Estado. Después se vio que esos 1.600 millones puedan llegar a los que necesitan, y nos enfrentamos al problema de siempre, la burocracia del sistema público; por eso no está llegando el dinero a los sectores necesitados. Se han tomado muchísimas medidas, ahora falta que sean implementadas, ejecutadas, y que la gente empiece a sentir”, explicó.

Insistió con que la fórmula que se necesita es “comunicar, comunicar, comunicar. La gente tiene que saber a qué nos estamos exponiendo. Las marchas y contramarchas de los decretos generan mucha confusión. Hay incertidumbre, el desempleo, el microempresario no ve claridad hacia adelante; aunque le quiera a su personal tiene que dejarle ir porque no sabe cuándo va a poder volver. Hay más de 1.500 empresas que ya anunciaron el cierre temporal. Hasta ahora no sabemos cuánto tiempo va a llevar, cuánto tiempo vamos a estar en esta situación. Cuando más largo es el aislamiento, más profundo es el costo económico”.

Peña destacó que “la pandemia tampoco puede ser la gran excusa para todos. Tenemos un Estado que tiene las herramientas para que funcione en esta situación. Tenemos una ley aprobada, ahora hay que ver la ejecución de esta herramienta que se ha dado. El Banco Central ha hecho un esfuerzo enorme para facilitar la liquidez. Y existen programas que están ayudando. Es importante que se haga lo más rápido posible. Tampoco vamos a poder usar por mucho tiempo estas herramientas; es la oportunidad de generar cambios en el país”.

El experto dijo que el salto que dará el desempleo, del 6 al 15% a consecuencia de la pandemia, representa en números un incremento de 300 mil paraguayos que quedarán sin trabajo. “Hoy, en el desempleo están 200 mil paraguayos que están buscando trabajo y no encuentran. En las primeras semanas hubo 1.500 pedidos de cierre de empresas. IPS había mencionado que sería de cerca de 300 mil en el ámbito formal. No quiero ni pensar en lo que sería el ámbito informal. Es el incremento más alto de la historia del Paraguay”.

Reconoció que la situación de la baja recaudación es muy preocupante, teniendo datos de que en marzo, el pago de salarios en la Administración Pública utilizó el 90% de lo recaudado y que en abril puede darse la situación de que la recaudación solamente va a poder cubrir el 75% de los sueldos, y el resto se deberá cubrir endeudándonos.

“Es un motivo de gran preocupación, la baja recaudación. Paraguay necesita hacer una reforma impositiva. Pero siempre hay un reclamo de la calidad del gasto público, pero dentro de todo, la recaudación nos permitía cubrir los gastos corrientes. Paraguay nunca se endeudó para pagar gastos corrientes. La deuda paraguaya solo se contraía para hacer obras de infraestructura. No es malo endeudarse para hacer inversión pública porque eso fomenta la economía más grande”, indicó.

Aseveró que “con esta situación, entramos a un camino que a otros países les llevó a la debacle, empezar a endeudarnos para cubrir gastos corrientes, que no generan crecimiento. Que el sector público se ajuste los cinturones, es un desafío tremendo. En el 2021 todavía el 1% del Producto Interno Bruto tiene que ser financiado con endeudamiento. Todavía el próximo año vamos a estar obligados, o a disminuir de manera dramática los gastos corrientes, o a endeudarnos”.