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Este comentario puede parecer a destiempo, pero es oportuna la relación con un reciente acontecimiento, a raíz de un triste suceso del pasado jueves, que enluta al periodismo y en especial a la radiofonía nacional. En coincidencia con la celebración del Día del Periodista, un humilde trabajador, comunicador, periodista de la radio Azul y Oro de Luque, se debatía entre la vida y la muerte. Lamentablemente no pasó mucho para que se produzca su deceso.
La referencia es a Hugo Samuel Jara, quien no pudo sortear una difícil enfermedad y se fue a los 53 años. Más de uno dirá… ¿y quién lo conoce? Y sí, pero justamente ahí está el tema, porque el mejor periodista probablemente sea el menos conocido. O aquel humilde trabajador que ha tenido menos oportunidades que los más renombrados de los medios de comunicación.
Ser periodista es un apostolado; porque el periodismo se ejerce con honra o no se ejerce. Y esa era la premisa de Hugo Samuel y en él se puso siempre en vigencia aquello que “la humildad es la seña de identidad de un periodista” y respetó su oficio como pocos.
Formó parte de quienes honraron la profesión, que tal vez ganando muy poco, trabajaba mucho. Era ese periodista anónimo, como tantos otros en nuestro país, cuyo trabajo debe ser admirado.
Hoy, en memoria de Hugo Samuel y a poco tiempo de la recordación del Día del Periodista, valga el homenaje a periodistas de raza y hasta la muerte, como él y decirle chau hermano de oficio, chau Hugo Samuel querido.
Todo Luque y Mariano Roque Alonso, donde vivía, despidieron con emoción a quien trabajó por alrededor de 20 años en la emisora FM 94.7.
Nicolás Delgado, director y propietario de la radio, expresó la gran tristeza que le produjo el fallecimiento de una persona “que más que un personal, eran un hermano”. Agregó que Hugo era parte de la familia de la emisora, “él siempre nos hacía reír, nos hacía chistes”.
Destacó además que Hugo Samuel, era una persona de nobles sentimientos, y aunque no nació en Luque, se encariño más que cualquier luqueño por esta ciudad.
Fue el cronista fiel de los acontecimientos luqueños, en la Navidad y en el Año Nuevo siempre pasaba en los estudios de la radio, era un gran trabajador, que amaba su trabajo, amaba su familia y se dio por íntegro a ella, por sus hijos, enfatizó Delgado.
Su demás excompañeros sostienen que era reconocido por su calidad profesional, su personalidad y su compromiso con el pueblo.
También coincidían en afirmar que era un compañero muy alegre, muy contento y por sobre todo… muy sabio. Era un hombre con mucha experiencia en el periodismo y siempre cuando le pedían consejos, aconsejaba hasta cómo hacer las notas periodistas.
Y así son varios en esta profesión y la mayoría se va sin la merecida recordación, pero quedan los momentos muy hermosos de los que vivimos siempre en el ámbito del periodismo.
Hoy se despide a este colega con esa remanida frase: “Paz en tu tumba hermano”.
