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El que pierde, se picha

El presidente de la bicameral del caso Messer, Rodolfo Friedmann, se molestó con sus colegas porque no votaron a favor de denunciar a Horacio Cartes ante la Justicia, por lo que perdió la oportunidad de montar un show para obligarlo a comparecer ante la comisión, con el único afán de humillarlo ante los medios y la ciudadanía.

No soportando haber perdido esa oportunidad, lo que hizo el usurpador fue acusar a sus colegas de haber recibido dinero, con la ridícula frase de que “ayer subió el dólar”. Pero si esta acusación no la llega a presentar ante la Fiscalía, lo que demostrará, una vez más, es que se trata de charlatanería pura y dura, en cuyo caso, los afectados son los que deberían accionar para exigir que oficialice la denuncia o se retracte y asuma las consecuencias.

La acusación a sus colegas describe a Friedmann de cuerpo entero; un tipo venal, agresivo, que suele perder el control y agrede a quien sea si no consigue lo que quiere. Y él quería que Cartes compareciera ante la comisión que preside. Habrá imaginado miles de veces ese momento en el que tuviera frente suyo al expresidente, sometido a su arbitrio y expuesto a una condena, aunque él no lo podría condenar ya que es legislador y no juez, pero habrá pensado que el castigo llegaría de la ciudadanía, al ver los “negociados” de HC expuestos de manera absoluta.

Pero no lo consiguió, y como es incapaz de aceptar otras posturas que se opongan a la suya, no tuvo otro recurso que acusar a senadores y diputados, miembros de la bicameral, de haber recibido dinero para votar en contra de denunciar a Cartes ante la Justicia. Así, sigue manteniendo una postura petulante, como si fuera una blanca paloma y no un sujeto denunciado por varios negociados de su época de gobernador del Guairá.

Desde la conformación misma de la comisión, supuestamente para investigar el caso del empresario brasileño, pero que, en realidad, tenía como único objetivo encontrar pruebas de que Cartes estuvo implicado en supuestos negocios de lavado de dinero, todo se hizo mal, y no podía ser de otra manera puesto que el mentor y presidente del colegiado, el mismo Friedmann, es alguien a quien no le interesa encontrar la verdad sino conseguir la muerte política del expresidente.

Eso se mostró desde el inicio, con la nefasta cantinela de denunciar al líder de Honor Colorado de manera permanente, sin presentar ninguna prueba y, mucho menos, formalizar dicha denuncia ante los órganos jurisdiccionales, aunque haya repetido varias veces que lo haría. De hecho, Friedmann impulsó la creación de la bicameral en lugar de acudir a la Fiscalía, porque no tenía pruebas que involucraran a Cartes con el lavado de dinero y el tráfico de drogas. Pensaba entonces que tendría más chance de encontrar alguna ligazón con la declaración de quienes formaron parte del gabinete durante su presidencia.

Friedmann no se salió con la suya y su comisión quedó en offside. Como ocurrió antes, no encontró nada que pudiera comprometer a HC en negociados con el crimen organizado. Aunque dice que elevará todo lo obtenido a la Fiscalía, sabe que no tiene nada que pudiera siquiera hacer que los órganos jurisdiccionales abran una investigación.

En el fondo, lo que sucede es que el tema está agotado. Es el típico pataleo del ahogado, de quien no repara en aquella máxima según la cual “el que se picha pierde” y que en este caso bien puede invertirse: el que pierde se picha…

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