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El Frente Guasu decidió lanzar oficialmente la candidatura de Fernando Lugo a la Presidencia de la República, sin importarle en lo más mínimo lo que dispone la Constitución Nacional o dando una interpretación delirante al texto que prohíbe la reelección en cualquier caso.
ASUNCIÓN.- Era tan absurda la idea que planteaba el abogado Marcos Fariña de que Lugo estaba habilitado para un segundo mandato puesto que la Constitución prohíbe solo la reelección de quien en el momento está en el poder y no de los expresidentes, que nos habíamos convencido de que era nomás un delirio del exobispo y su defensor y que su partido, el Frente Guasu, les haría pisar tierra y volver a la realidad.
Pero seguramente el delirio debe ser contagioso, porque ahora resulta que todo el conglomerado que forma parte del FG piensa igual, que ni Lugo ni otro expresidente están contemplados en la norma que prohíbe la reelección presidencial, y que la medida afecta en este momento solo al presidente actual Horacio Cartes.
El artículo 229 de la Constitución Nacional dice que el presidente y el vicepresidente de la República durarán cinco años “improrrogables” en el ejercicio de sus funciones, a contar desde el quince de agosto siguiente a las elecciones. Y por si esa palabra “improrrogables” no quedara clara, agrega con más contundencia que “no podrán ser reelectos en ningún caso”.
Es cierto que nuestra Constitución tiene muchos artículos ambiguos y sujetos a interpretación, pero ese no es el caso del 229, que claramente dice que el período de 5 años del presidente y el vicepresidente será “improrrogable” y no habrá reelección “en ningún caso”.
Cuando el senador Hugo Richer o el presidente del FG, Luis Aguayo, hablan de que el bloque ha decidido oficializar la candidatura de Lugo porque la prohibición de la reelección no le afecta ya que no es quien está en mandato en este momento, lo que hacen es pretender tomarnos por estúpidos a todos los ciudadanos.
Como ya quedó claro que la figura de la certeza constitucional no existe, lo que ahora debe ocurrir es que se presente una acción de inconstitucionalidad en contra de la candidatura de Lugo y de cualquier otro expresidente que intente recurrir a este chiste, y que la Corte haga lugar a la medida para cortar por lo sano este absurdo.
