ASUNCIÓN. Aunque cueste creerlo, ser planillero ya es delito y esto lo comprobó el fiscal de Delitos Económicos y Anticorrupción, Rodrigo Estigarribia, al imputar a Luis Alberto Coronel por cobro indebido de honorarios y estafa, por cobrar un salario en la Cámara de Diputados sin trabajar. Por si fuera poco y ante el peligro de fuga, el fiscal solicitó al Juzgado Penal de Garantías la prisión preventiva del imputado.
Coronel era funcionario del Crédito Agrícola de Habilitación, que lo comisionó a Diputados a inicios del 2019. Su horario de trabajo era de 8 a 14, pero habrían evidencias de que marcaba entrada y salida, pero no tenía ninguna función que cumplir, y en ese tiempo, trabajaba como taxista.
Este es uno solo de los numerosos casos de planillerismo que existen en las cámaras del Congreso y en la Función Pública en general, a pesar de todo el control establecido para el horario de entrada y salida, y de la función que cada uno ejerce durante su tiempo de trabajo. Hasta ahora, la lucha parece contar con muy pocos éxitos, pero quizá el caso de Coronel pueda servir de ejemplo para los planilleros que fungen de funcionarios y cobran como tales.