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Población norteña hastiada del EPP

HORQUETA. Dpto. de Concepción (Por Telmo Ibáñez).-  Cada vez se torna más fuerte la idea de conformar un grupo para-militar para acabar con el grupo criminal autodenominado, Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). La gota que colmó el vaso fue la masacre en que cobardemente los asaltantes liquidaron a 8 militares quienes viajaban para encontrarse con sus familiares.

En ésta zona del país quedaron truncados varios emprendimientos desde actividades religiosas como las culturales, deportivas y lo peor de importantes proyectos que podían desarrollar la gran zona productiva de Horqueta y su zona de influencia.

Hasta la misa del gallo cambia de horario por temor a eventuales ataques del EPP, festivales, fiestas, encuentros deportivos en muchos casos dejaron de realizarse como en otras épocas. Comunidades rurales tradicionales sienten la presión del EPP entre éste distrito, Azotey, Arroyito, Yby Yaú, San Alfredo, Sargento José Félix López y Paso Barreto, sus pobladores no tienen otra opción que encerrarse cuando apenas cae la noche.

El grupo criminal que surgiera entre los departamentos de San Pedro y Canindeyú encontró una tierra fértil en el norte del país donde empezó a operar fuertemente a partir de finales de la década del ’90, como un equipo político de izquierda que utilizó los recursos humanos como materiales de la Organización Campesina del Norte (OCN), cuya base se instaló entre los distritos de Horqueta, Concepción, Belén y Loreto, casi en el centro del primer departamento.

Los hombres armados que se autodenominaron inicialmente como del Ejército Popular Paraguayo (EPP), inauguraron una nueva denominación el 1 de marzo del 2.008 y antes de concluir el mismo mes perpetraron el primer atentado con dicha sigla sin antes asesinar al S.O. Óscar Noceda Sosa ya en febrero del 2.006 y luego repetir otros atentados, surgía el Ejército del Pueblo Paraguayo, mucho más ambicioso como criminal.

El grupo se fortaleció al aliarse a otros delincuentes, principalmente narcotraficantes, con quienes conjuntamente estarían obrando para asegurar los cultivos de marihuana, así como la distracción en los momentos en que se aproximan grandes cargas de cocaína. La Alianza EPP-Narco, asegura a los criminales del EPP, armas y toda la logística para sobrevivir en la zona boscosa y clandestinidad, mientras a los narcos, seguridad y en otras la facilidad de ingresar a zonas consideradas liberadas por temor a los ataques de éstos.

A pesar de las tropelías que cometían al tiempo de sembrar miedo, terror, luto, también consiguieron adeptos, quienes coincidían ideológicamente, pero en los últimos tiempos y más aún luego de aquel cobarde ataque que terminó con la masacre de 8 jóvenes militares, a los familiares de los humildes uniformados se sumaron varios campesinos, líderes sociales y pastores de iglesia.

Cada vez es más fuerte la corriente que desacredita al EPP, lo que se demuestra con las seguidas manifestaciones de repudio a la violencia en el norte, a su vez se registran hechos violentos como la quema de viviendas de los integrantes del EPP como la de Alejandro Ramos (expulsado de la agrupación), acusado de idear el secuestro del ganadero de la zona, Félix Urbieta Ramírez.

También experimentaron una situación similar los Silva, en represalias a Lucio Silva (59), el integrante del EPP con mayor experiencia del grupo. Además cada vez la población hastiada del norte del país está a punto de organizar un grupo para-militar que incluso ya tiene nombre “Enemigos del Ejército del Pueblo Paraguayo” EE.PP., que tendrá por objetivo anular al EPP.

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