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La situación del diputado liberal Carlos Portillo está más complicada de lo que se pensaba. No solamente fue grabado en 2 ocasiones, una aceptando una coima y en la otra presionando y amenazando a una mujer no identificada. Ahora resulta que, pretendiendo defenderse, dijo que posee un estudio jurídico, lo que contradice el espíritu de la Constitución y una sentencia de un Tribunal de Apelaciones, del 2009.
ASUNCIÓN.- En septiembre de 2009, el Tribunal de Apelaciones compuesto por Arnaldo Martínez Prieto, Ángel Daniel Cohene y Ramiro Barboza, emitieron una sentencia afirmando que “La incompatibilidad del parlamentario para ejercer la abogacía tiene su origen en el principio legal impeditivo de orden general, que soporta el funcionario público para ejercer dos o más cargos a la vez y/o la posibilidad de ocupar su tiempo en otra actividad, remunerada o no, pública o privada, que pueda insumir el tiempo que requiere para su función de legislar”.
Esta sentencia se basa en disposiciones constitucionales que exigen la dedicación absoluta en su función, de quienes ejercen altos cargos en los poderes del Estado. Los camaristas recurrieron, en primer lugar, al artículo 196, De las incompatibilidades, que, en su segunda parte dice que “se exceptúan de las incompatibilidades establecidas en este artículo, el ejercicio parcial de la docencia y el de la investigación científica”.
El artículo 237 se refiere a las incompatibilidades para el presidente y el vicepresidente de la República, que no podrán ejercer cargos públicos o privados, remunerados o no, mientras duren en sus funciones. Y el último artículo mencionado en la sentencia, el 254, dispone esas mismas incompatibilidades para los magistrados.
Esto significa que ningún senador o diputado podrá tener otro trabajo, además del legislativo, a excepción de la investigación científica o la docencia. Es común que en las cámaras del Congreso haya profesionales –especialmente abogados- de toda índole, pero ninguno de ellos puede dedicarse a su profesión mientras dure en sus funciones.
Esto parece no saber Portillo, a pesar de sus más de 7 títulos universitarios, puesto que sin ningún problema reconoció en una entrevista con el periodista Benjamín Livieres, en el programa “Despertar”, emitido por Radio 1000 y La Nueva 107.5, que tiene un estudio jurídico. Así que, además de presionar para el cobro de coimas, estar involucrado en tráfico de influencias y, probablemente, en un supuesto acoso sexual, el diputado experto en “crass” está violando la Constitución Nacional. Habrá que ver si ahora sí el oficialismo liberal hace algo al respecto.
NEGÓ EL AUDIO
Por otro lado, el diputado liberal negó el contenido de los audios que circularon a través de whatsapp, que los involucra en supuestos arreglos judiciales con una contadora y otra mujer. Reconoció que existió la conversación que trascendió en el primer audio, pero aseguró que no se trató de un arreglo. Explicó que la mujer que la contactó fue una contadora de nombre Auda Fleitas, quien según dijo, le pidió la asesoría jurídica de su bufet de abogados a fin de resolver un caso que se encontraba en instancias judiciales.
Sostuvo que cuando la mujer le habló de “dónde podía hacerle a la entrega”, se refería a dos expedientes judiciales, y no a dinero. En este punto no explicó por qué él tenía que llevar dichos documentos a un juez, ya que en el audio decía que se encargaría de entregar al magistrado.
En cuanto a un segundo audio, Portillo dijo tajantemente que “no existe” e insinuó que pudo haberse tratado de un montaje, mencionando que es llamativo que el material justo aparezca en una época electoral.
