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Preocupación en vez de celebración

¿Qué pasa que hay tanta inquietud en Asunción? Todo el mundo mirando la tele, preocupado por lo que está pasando. Comentarios vienen y van, algunas madres llamando a sus hijos que salen de sus trabajos en la zona del centro para que se cuiden, etc.

¿Qué pasó? ¿El Parlamento rechazó el tema de las listas sábanas?, es lo primero que uno se pregunta. Noo, te responden. Se aprobó, pero hay una ola de violencia no solamente en la capital sino en todo el país, porque no se aprobó el proyecto de “Payo” Cubas, y hay gente protestando en las plazas, cerrando rutas en todo el interior, se produjeron  enfrentamientos  con  la Policía cuando el mismo  “Payo” liderando un  grupo, intentó atropellar una barrera que impedía que atracaran el mismísimo Palacio de López. Tumbaron un  vallado de metal y allí la Policía actuó con  gases pimienta y balines. El senador suspendido, muy a su estilo, le quiso dar una bofetada al militar encargado del grupo que protegía la barrera y le hizo volar la gorra. Entretanto vociferaba…abran, abran, pelotudooos…

Los canales transmitiendo en directo todo. Al rato ingresan los corresponsales del interior. En el kilómetro 10 de Ciudad del Este, un grupo corta la ruta “por tiempo indeterminado”, en realidad dijo uno de los organizadores… “vamos a quedarnos aquí hasta que se apruebe el proyecto de Payo Cubas”. Una señora grito al lado, “ndaipóri ohasa va´erã ko´árupi” (Nadie va a pasar por aquí). ¿Cómo?, Con qué autoridad pueden atropellar así el derecho de los demás a circular libremente, se preguntaba uno una vez más ante esta barbarie  herencia de Lugo y sus acólitos, de cortar las rutas.  La gente bajaba de los colectivos e iba caminando o como podía, los 10 kilómetros que restaban para llegar al centro de la ciudad.

En la rotonda de Oviedo, lo mismo, los “payistas” ejerciendo la violencia igual que su ejemplo, cortaban todas las rutas también “hasta donde sea necesario”, con todo el caudal de arbitrariedad y autoritarismo, que ello significa.

Así en todos los puntos del país. En Horqueta, ciudades distantes del Chaco, Misiones, etc., ¿Qué es lo que quería la gente?  O mejor ¿qué es lo que entendía la gente?

Se aprobó el desbloqueo. El mejor proyecto. Bien estudiado. Desbloqueo en las internas y las nacionales. Lo de las urnas electrónicas para dentro de 15 días. ¿Qué? ¿No se aprobó el de Payo?, según todo aquel que lo estudio en serio, el suyo era un  mamotreto improvisado, mal redactado, inviable y encima inconstitucional. Un tema populista como todas las cosas que encara el “nuevo líder”.

“Nooo. Ndo je desbloqueai”,(Noo. No se desbloqueó)  bramaba una manifestante en Asunción. Por supuesto no entendía nada y lo de “listas cerradas” era aprovechado por los instigadores para tirar más leña al fuego. Listas cerradas… los partidos presentan la suya y de allí el elector elige los nombres que quiere para los primeros lugares y que son los que van a entrar en los cargos. No hay más nada. Eso es todo. Años luz de lo que se tenía. Pero, no vamos intentar incendiar el país.

En lugar de festejo, preocupación. Tomamos  de paso también una reflexión de un televidente quien estaba en contra de los disturbios. ¿Por qué Payo Cubas puede armar todos estos quilombos y nadie le dice nada. No se lo mete preso. Alguna fiscal que pida su desafuero y listo. Si yo Juan Pueblo, lo hago voy a ligar por lo menos cinco años de cárcel, concluyó con  justa razón.

La gente debe reflexionar sobre su apoyo al “hombre del momento”. Está bien  que sea el “antisistema”, pero de ahí a darle crédito también a sus hechos violentos, agresiones y actitudes francamente demenciales en ciertos casos, hay una distancia muy grande.

Lo único que “el señor antisistema” hace ahora es perjudicar al país. En lo social por el riesgo del enfrentamiento entre quienes lo favorecen y los que no, en lo económico, porque todo está parado, y en general “porque el horno no está para bollos”.

Lo dicho, en lugar de celebración, preocupación…a causa de las veleidades del personaje éste, falso mesías, que manipula a un pueblo cansado de arbitrariedades.

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