BRASILIA.- Michel Temer, presidente de Brasil, convocó a secretarios de seguridad para una cumbre a realizarse mañana, tras el tercer motín que se produjo en una cárcel de Natal, donde murieron 30 internos.
En las penitenciarías brasileñas existe el riesgo de que las rebeliones continúen en diversos estados ante la falta de seguridad. Los motines, según la prensa local, se registran por el afán de las bandas criminales de eliminar a los adversarios, la guerra principal se da entre el Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho.
El problema mayor es la precaria infraestructura para seguir recibiendo a reos y la falta de agilización de los procesos. El Gobierno brasileño ya anunció la construcción de cinco penales más, pero las masacres podrían continuar mientras eso se concrete.