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BUENOS AIRES. El presidente argentino Alberto Fernández dijo ayer en una entrevista en la radio Rivadavia que no asistirá a la asunción de mando del presidente electo de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou, quien el próximo 1 de marzo asume la Jefatura de Estado y de Gobierno del Uruguay.

“Lamentablemente no podré viajar ese día, es el discurso en la apertura de sesiones ordinarias”, señaló Fernández, al alegar que la coincidencia en esa fecha la apertura de sesiones del Congreso argentino, donde debe dar un discurso, le dificultaría cruzar el Río de la Plata y participar de la ceremonia de renovación de autoridades nacionales en el Uruguay.
Al no asistir a la asunción de Lacalle Pou, Fernández no se encontrará con su homólogo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien aparentemente tenía una conversación pendiente con el presidente argentino para anunciar o no su apoyo a una renegociación de la deuda que Argentina tiene con el Fondo Monetario Internacional, compromiso este que asciende a 44.000 millones de dólares, sin mencionar los 64.000 millones de la moneda estadounidense en manos de bonistas privados.
“Si no puedo viajar, le voy a proponer verlo al día siguiente”, añadió Fernández al referirse a su encuentro con Bolsonaro, quien, por otro lado, incluso dijo que pospondría su salida del Uruguay para poder reunirse con el mandatario argentino.
El condimento a esta situación, específicamente sobre una eventual renegociación de la deuda de Argentina con el FMI, lo aportó ayer el portavoz del organismo, Gerry Rice, desde Washington, durante una conferencia de prensa: “La capacidad del FMI para reestructurar su deuda, para posponer reembolsos o recompras está limitada por nuestros marcos de políticas. No se trata solo de Argentina.”

Foto: Luis Alberto Lacalle Pou (izquierda), asume el 1 de marzo la Presidencia de Uruguay. El mandatario argentino Alberto Fernández (derecha) no participará de la ceremonia.