Proclamación de Horacio Cartes como senador de la Nación.
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Proclamación del TSJE, ¿no sirve para nada?

ASUNCIÓN. La Constitución Nacional establece que el Tribunal Superior de Justicia Electoral es el organismo encargado de juzgar las elecciones y proclamar a los electos, lo cual, según los entendidos, es lo que habilita a alguien a ocupar el cargo que estuvo en juego en los comicios.

Este principio constitucional se rompió el año pasado, cuando Fernando Lugo, en ese entonces presidente del Senado, convocó para jurar como legisladores a dos personas que no fueron electas ni proclamadas, ignorando a quienes sí lo fueron, los expresidentes Horacio Cartes y Nicanor Duarte Frutos.

Jamás se solucionó esta grave irregularidad y desde julio de 2018, el Senado funciona de manera irregular, en abierta violación a principios constitucionales. Sin embargo, en la última sesión, y sin que viniera a cuento pero, quizás, por alguna necesidad de justificar lo injustificable, el liberal Víctor Ríos planteó una teoría absolutamente increíble, que la proclamación del TSJE no obliga a nada y es meramente declarativa.

Según Ríos, no es la proclamación del tribunal lo que hace que una persona resulte habilitada para el cargo, sino los votos, aunque olvidó mencionar que una cosa es consecuencia de la otra. Si alguien no es electo, no resulta proclamado, simple. Que es lo que ocurrió con Rodolfo Friedmann (trucho con permiso) y Mirta Gusinky, que no fueron electos, por lo cual el TSJE no los proclamó.

La teoría del senador liberal pasó desapercibida porque surgió en un momento en el que la discusión se centraba en otra cuestión; sin embargo, plantea algo que debería merecer un análisis serio de los expertos. Si la proclamación del TSJE no es obligatoria sino solo declarativa, entonces significa que no sirve para nada y no tiene ningún sentido.

Lo cierto es que hay legisladores que tienen una postura diametralmente opuestas, como el colorado Basilio Núñez, quien recordó que el Senado no tiene autoridad moral para calificar a la Diputados como “la cámara de la vergüenza”, ya que tiene en su seno a los truchos mencionados, además del liberal Abel González, quien se apropió de una banca que pertenecía al Partido Colorado, por disposición de la mayoría, que volvió a ignorar disposiciones constitucionales.

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