Carlos Portillo, diputado liberal.
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Prolongan la agonía de diputado esteño

ASUNCIÓN.-  Por lo menos dos semanas más se dilata el tratamiento de la pérdida de investidura del liberal Carlos Portillo, solicitada por representantes de las bancadas de Diputados. Aunque el efrainismo intenta por todos los medios blindarlo, todo indica que es cuestión de tiempo que sea expulsado de la cámara, salvo que renuncie antes, como lo hicieron colegas suyos. Será el primer opositor en recibir el hacha mortal.

Portillo sabe que tarde o temprano tendrá que dejar su banca, ya sea porque lo echan o porque él decide renunciar, que es lo que le había sugerido hace unas semanas el presidente del PLRA, Efraín Alegre, aunque hasta ahora no da señales de estar dispuesto a hacerlo.

A diferencia de lo que dijo el líder de su movimiento, la bancada efrainista de Diputados negocia arduamente para evitar que su correligionario reciba el golpe de gracia y deba abandonar la cámara. Como no tienen ninguna posibilidad de tener mayoría, pero son astutos a la hora de negociar, por lo menos consiguieron dilatar el tema por una semana más, con una discusión bizantina y absurda sobre la forma de establecer el mecanismo a ser utilizado en un proceso de pérdida de investidura.

La discusión, entre representantes de las bancadas minoritarias, que pretenden que el procedimiento sea establecido en el reglamento interno, y las grandes, ANR y PLRA, que dicen que hay que consultar primero a juristas entendidos en la materia antes de tomar una decisión, pero apuestan a que el mecanismo se haga por ley, puede prolongar la cuestión vaya a saber hasta cuándo.

Portillo no es el único liberal que tiene cuentas pendientes con la Justicia; sin embargo, posiblemente su alto grado de exposición (hasta participó como bailarín en Baila Conmigo Paraguay) hicieron que la atención mediática se fije con fuerza en su caso, que saltó a fines del año pasado, con el escándalo de los audios del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.

Hay 3 grabaciones de conversaciones telefónicas que comprometen seriamente al liberal y lo vuelven sospechoso de tráfico de influencias, por lo que la Fiscalía le ha imputado y la cámara, en enero pasado, lo desaforó. Sin embargo, en estos meses no ha ocurrido nada a nivel fiscal y judicial, por lo que un sector de la ciudadanía empezó a escracharlo y pedir su pérdida de investidura, planteamiento que hicieron suyo los diputados de diversas bancadas minoritarias.

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