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El miércoles, en sesión extra, Diputados tratará en segunda vuelta el proyecto de Presupuesto General de la Nación para el año próximo. Aunque en esta cámara se aumentó el monto previsto por el gobierno, fue en el Senado en donde se produjo un caos ante la indiscriminada repartija decidida. El gobierno espera que esta semana se vuelvan a poner las cosas en su lugar.
ASUNCIÓN.- La esperanza del gobierno, transmitida a través de la ministra de Hacienda, Lea Giménez, es que Diputados se ratifique en su proyecto original y rechace las modificaciones del Senado, que son las que realmente ponen en riesgo la estabilidad económica del país y, para evitarlo, expone al PGN a otro veto del Ejecutivo.
El problema que sigue entorpeciendo las acciones del gobierno es la mayoría que mantiene el “grupete” de disidentes y opositores, quienes persisten en su decisión de perjudicar al presidente Horacio Cartes, bloqueando cualquier posibilidad de que se pudieran hacer bien las cosas.
Por eso es que, por segundo año consecutivo, el Senado aprobó un presupuesto absurdo, exclusivamente por cuestiones políticas, poniendo en una situación insostenible al gobierno, que, el año pasado, no tuvo más remedio que vetar la ley sancionada.
Según Giménez, el desajuste que tiene el proyecto aprobado por el Senado es de 39,9 millones de dólares, lo que llega incluso al límite de lo dispuesto por la Ley de Responsabilidad Fiscal. La posibilidad de evitar que ocurra lo del año pasado, a consecuencia de lo cual sigue vigente hasta hoy el presupuesto 2016, es que Diputados rechace las modificaciones de la otra cámara y que cuando vuelva el tema a ésta, no tenga la mayoría necesaria para ratificarse.
Para ser más claros: si Diputados no consigue ratificarse por mayoría absoluta de votos, la ley quedará sancionada tal como fuera redactada por el Senado. Pero si lo logra, volverá a la Cámara Alta, que necesitará mayoría absoluta, pero de 2 tercios, para ratificarse. Si lo logra (como el año pasado), la ley quedará sancionada tal como los senadores la redactaron; de lo contrario, será con el texto de Diputados.
Si la ley queda sancionada como la redactó el Senado, el Ejecutivo volvería a vetarla, ya que es de redacción inaplicable porque supera ampliamente los recursos de las arcas oficiales. Y otra vez se repetiría la historia, todo porque para algunos, hasta la capacidad operativa del Estado debe estar sometida a una cuestión política.
