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¡Qué diferencia con otros gobiernos!

La Hidroeléctrica de Itaipú acaba de ganar el récord mundial en generación anual de energía lo que le convierte en el líder mundial del sector, que se suma a otro récord, el de producción de energía. Esto significa que la binacional que tenemos con Brasil es la mejor hidroeléctrica del mundo.

Y alguno dirá que eso no tiene que ver con los gobiernos de turno de ambos países, pero eso no es cierto puesto porque haber llegado a estos niveles de eficiencia solamente puede ser fruto de un trabajo bien hecho, consolidado y con perspectivas de mejorar.

Históricamente, la percepción ciudadana era que Itaipú era una especie de cáncer para nuestro país, puesto que Brasil manejaba la binacional a su antojo, sin respetar nuestros derechos y haciéndonos pagar los platos rotos una y otra vez.

Mientras nuestro socio se convertía en un coloso no solo regional sino mundial en materia energética, nosotros apenas superábamos la precariedad de las velas, mientras nuestra deuda con la binacional crecía de manera exponencial. Y esto tenía una explicación muy simple.

Los gobiernos paraguayos anteriores habían convertido a la hidroeléctrica en un buen negocio para el entorno del poder. Maletines iban y venían, conteniendo verdaderas fortunas con las que se compraban conciencias y se aseguraban futuros promisorios.

El milagro de Itaipú de los años 80, que convirtió en millonario a un sector de la clase media, continuó vigente para un grupo cada vez más pequeño y más rico. Por supuesto que el gobierno paraguayo no tenía nada que reclamar a su socio! Si para nuestros representantes la binacional era un buen negocio; qué importaba que con tanta venalidad se perjudicara a todo un pueblo que debía soportar una vida absolutamente precaria.

HC cambió las cosas y convirtió a Itaipú en una empresa para el pueblo paraguayo. Y empezó haciéndolo de una manera tan sencilla que uno se pregunta por qué sus antecesores fueron incapaces de frenar su ambición a cambio de un poco de bienestar para la gente.

Lo primero que hizo fue tirar al basurero los maletines con los que se compraba el futuro del país. El dinero ya no llegó a los poderosos, así que Brasil se encontró de pronto con un socio serio, entendido y firme a la hora de defender los derechos de su gente.

Y sus negociadores tuvieron que cambiar de postura y tomarnos en cuenta. Y el dinero antes destinado a los maletines fue íntegramente dedicado a la inversión en obras sociales en nuestro país, tanto es el atraso al que fuimos sometidos por los gobernantes que hoy se llenan la boca con críticas y cuando detentaron el poder traicionaron de la peor manera los intereses del pueblo paraguayo.

Esta inversión social que ha realizado el lado paraguayo de Itaipú, es histórica y ha llegado a sectores carenciados cambiando profundamente la vida de quienes pensaban que su destino era apenas sobrevivir.

El caso del RC4 es una prueba palpable de esto. Más de 100 familias de damnificados serán beneficiadas viviendo en el Barrio San Francisco, único en su tipo, con servicios de primer nivel. Y lo mencionamos sólo como un ejemplo. Existen cientos de obras más. Las cosas bien hechas dan frutos buenos. Y la hidroeléctrica más grande del mundo es una prueba de ello. Sobre todo cuando una Administración honesta y transparente, está al mando del timón del país.

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