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ASUNCIÓN.– Representantes del Ministerio de Justicia se reunieron con la Comisión de Lucha contra el Crimen Organizado del Parlasur, para abordar el último motín en la prisión de menores de Itauguá, y lo que dejó de “lección”.
El viceministro de Política Criminal de la cartera de Estado, Carlos Huespe, señaló que el detonante del motín fue el control estricto para el no ingreso de drogas al correccional.
El grupo que comenzó la revuelta es muy pequeño, por lo cual pudo ser controlado rápidamente, resaltó.
Añadió que se resolvió aplicar políticas de incentivos para la práctica de deportes como herramienta de reinserción, con establecimientos de premios, por un lado.
La segunda estrategia -añadió- será la de promover la confección de artículos para venderlos luego al Estado, de manera a generar ingresos para los mismos y sus familiares.
El problema de las drogas que ingresan “de cualquier modo” a las cárceles del país, en este caso en el de menores, hace que la adicción a las drogas se mantenga en la “normalidad”.
La contracara, el extremo control, determina a su vez que muchos de los adictos caigan en el síndrome de abstinencia, con la consecuencia de actos de violencia e intentos de amotinamiento.
El Ministerio de Justicia reveló que el 95 % de los menores de edad que se encuentran el correccional de Itauguá, son adictos a algún tipo de sustancias estupefacientes.
Ello implica un problema de abordaje, habida cuenta que muchos están en situación crítica.
