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El abierto enfrentamiento, en el Senado, de la disidencia colorada y sus socios de la Multibancada en contra del oficialismo y el PLRA dejó en evidencia que las comisiones asesoras, que deberían ser los grupos técnicos de trabajo, han sido conformadas de acuerdo a cupos políticos, sin ningún otro criterio. Uno de los casos más evidentes es la presidencia de Fernando Lugo en la comisión bicameral que defiende los recursos naturales.
ASUNCIÓN.- La Conaderna (Comisión Nacional Bicameral de Defensa de los Recursos Naturales) es uno de los buques insignia del Congreso, que así convence a la ciudadanía de que se preocupa por temas nacionales como la ecología y el ambiente.
El problema que tiene la disidencia colorada con Fernando Lugo es que es su socio principal (Frente Guasu tiene 5 senadores y desde hace rato hay un romance entre el expresidente y Mario Abdo Benítez), así que le tiene que dar la presidencia de una de las comisiones importantes, pero no hay ninguna que trate de dogmas católicos o algo por el estilo –que es en lo único que parece que es experto- por lo que le imponen como presidente, por cupo político, en algunas en las que no tiene la menor idea de lo que ocurre.
El año pasado fue presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, posiblemente la más importante de todas y donde tratan todos los proyectos y asuntos que tienen entrada en la cámara y todo el tiempo se pasó oscilando entre la indiferencia y la ignorancia. Fue más bien vocero de la comisión ya que no tiene la menor noción, ni de derecho ni de nada muy profundo. Pero era el socio mayoritario y tenía que estar contento en donde podía figurar, adoptando poses de entendido.
Ahora ya no hubo caso de volver a darle el mismo cargo porque los constitucionalistas no soportarían un segundo periodo de ninguneo. Así que encontraron a la Conaderna como la víctima propicia del cuoteo político con el Frente Guasu. Y Lugo es presidente de la comisión bicameral que protege los recursos naturales.
Su máxima experiencia con la ecología tiene que ver con las planteras que tiene en su casa, a las que riega de vez en cuando, o con alguna plantación de mandioca en el Obispado de San Pedro. No sabe nada de ambiente, ni de recursos naturales ni de nada que tenga que ver con la comisión que orondamente preside. Parece un chiste, pero los ambientalistas del país quieren llorar.
