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Querer es poder

Por: Lic. Juan Ramón González Pereira (*) juanragonzapere@gmail.com.
Por: Lic. Juan Ramón González Pereira (*) [email protected].

Los pueblos autóctonos, a pesar de ser los dueños genuinos de estas ancestrales tierras, han sido en estas últimas décadas despojados sistemáticamente de sus hábitats, quedando una mayoría de las etnias a merced de los grandes desafíos que traen consigo este siglo de modernidad y mecanización.

A pesar de esta triste realidad, sumada a la complicidad de un pueblo que mira indiferente el avasallo a su rica historia de la cual muchas otras culturas han sabido quitar beneficio, menos nuestro propio pueblo que lo desconoce y más bien lo encamina a una extinción. Sólo por recordar algunos legados de nuestros neófitos, es inevitable ahondar en sus conocimientos de medicina, la utilidad de las hierbas, sus estudios astronómicos, su fe sustentada en la creencia de un sólo Dios superior a quien denominaron Ñandejára.

A quienes amamos la vida y reconocemos en el ser humano la creación más perfecta nos golpea ver a los pueblos aborígenes deambular y mendigar por las ciudades, prostituyendo a sus mujeres y explotando a sus niños y jóvenes.

Pareciera que ésta es una imagen a la que no nos queda otra que resignarnos, y que en la vorágine de la vida, es una cuestión natural.

Ante situaciones muy extremas como éstas, nos reconforta de sobremanera ser testigos de grupos indígenas que han sabido oponerse a estilos de vidas inhumanas y hoy se rigen como una prospera y digna comunidad.

Los Ache, del municipio de Tavapy, son la prueba más fiel del dicho que “cuando se quiere se puede”. Hoy ellos viven una realidad distinta,acompañados y motivados por un grupo de misioneros religiosos, han podido construir y sustentar a partir de la educación y reglas sociales claras una dignidad de vida, inmersa en la modernidad sin olvidar sus raíces y conocimientos ancestrales.

Los Ache cuentan con cultivos para auto consumo, cría de animales y peces, agricultura comercial mecanizada sumados a hogares bien cimentados y estables.

Tanto se puede hacer con tan poco, cuanto sirve en la vida tener metas, sueños y apostar a ellos. Al escuchar hablar al líder de la comunidad, uno puede apreciar el conocimiento de la vida, el respeto a ella y la apuesta a disfrutarla, respetando y viviendo en armonía con la naturaleza.

Cuando hablamos de indígenas nos referimos a ellos de una manera despectiva, yo luego de ver todo lo que han logrado sueño por ver su esfuerzo y conocimiento en algún poder del Estado.

 

(*) Comentarista invitado

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