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Resulta legítimo y comprensible el malestar de sectores ciudadanos hacia el diputado “añetete”, José María Ibáñez, pero no así la campaña “selectiva” que impulsan ABC y el Grupo Vierci al respecto. Estos omiten deliberadamente otros casos infinitamente más graves, que ocasionaron severos daños al patrimonio del Estado paraguayo, pero que, por ser los protagonistas funcionales a sus intereses, prefieren dejarlos en la impunidad más absoluta. Ante esto surge la pregunta ¿quién escracha al contralor, a Rafael Filizzola o Efraín Alegre?
ASUNCIÓN.- Los dueños de estos medios de comunicación, el primero en la cabeza con Natalia Zuccolillo y el segundo con Antonio J. Vierci, califican selectivamente a quienes considera “corruptos” y a quienes no.
“El plato volador”, como también se le conoce a la sede del Congreso, se convirtió en la guarida de los corruptos que logran blindar sus fechorías con sus fueros o
tienen a sus serviles que los protegen como el caso de Rafael Filizzola, dueño, con su esposa Desirée Masi, del Partido Democrático Progresista (PDP) y el titular del directorio del PLRA, Efraín Alegre.
El caso Ibáñez no es el único de su tipo, porque anteriormente también la exembajadora en Venezuela, Ana María Figueredo Amaro, estuvo involucrada en un caso similar, pero llamativamente fue perdonada por la exfiscala y actual diputada Rocío Vallejo, quién ahora quiere “sepultar” a su colega, apoyada por los mismos medios de comunicación mencionados.
Cuando se trata de los amigos todo vale, aprobaron el juicio político al contralor Enrique García, que está metido en un fato de 3 millones de dólares, pero llamativamente fue “congelado”. Pero este caso los “paladines” de la Justicia como Rafa Filizzola o Efraín Alegre, no se pusieron a gritar a los cuatros vientos para llamar a sus “paquitos” para escracharle, se sencillamente se callaron.
Cómo dice el refrán “a ley pareja nadie se queja”. Aclaramos que no estamos de acuerdo con lo que hizo Ibáñez, pero también Natalia Zuccolillo y Antonio Vierci deberían recordar las millonarias tragadas de los recursos del Estado provocadas tanto por Rafael Filizzola como Efraín Alegre.
Hablando de moral, el mismo Fernando Lugo jamás fue investigado sobre su participación en la masacre de Curuguaty, solo fue echado del Palacio de los López y quedó libremente, e incluso actualmente es senador de la nación. No está demás también nombrar a su exministra de Salud, Esperanza Martínez que ya está ocupando una banca en el congreso por dos periodos consecutivo y se descubrió que durante su gestión al frente de Salud pública estuvo plagada de irregularidades.
