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Molestos porque la convención resolvió que los legisladores que no obedezcan la línea política del partido serán sancionados, la disidencia colorada pretende recurrir a la Corte con el argumento de que senadores y diputados no están sujetos a mandatos partidarios. Consiguieron sus bancas a través de la ANR y ahora pretenden andar por su cabeza como si fueran independientes.
ASUNCIÓN.- Cuando una persona se postula a un cargo electivo en nombre de un partido político, se supone que tiene coincidencias con dicha nucleación, en su ideología, principios y planes de gobierno. De lo contrario, sería mucho mejor que se postulara como independiente.
Al hacerlo por un partido y aceptar la línea ideológica y dogmática del mismo, queda claro que acepta también actuar de una manera que responda a dicha línea. Si de 80 diputados, la ANR tiene 46 y cada uno de ellos vota como le da la gana o le convenga a sus intereses, qué sentido tiene que pertenezcan a la bancada de un mismo partido político.
Hace poco nomás, la diputada Olga Ferreira de López, que ingresó a la Cámara como la única legisladora de Patria Querida, decidió renunciar a su partido, molesta por algunas decisiones, aunque se quedó con su banca, como independiente. En ese momento, ningún senador o diputado de algún partido salió a cuestionar la actitud del PQ con su representante. Como tampoco ningún colorado disidente o de la izquierda dijo ni mu cuando la convención liberal inhabilitó por un periodo a 6 diputados llanistas, por no cumplir con un mandato partidario.
Esto es natural, se hace aquí y en Tanganika; las bancadas tienen que tener algún tipo de relación con el partido político que representan y si no quieren hacerlo, pues deberían renunciar a dicha nucleación y buscar nuevos senderos.
Por eso, esta decisión de la disidencia colorada, de judicializar la decisión de la convención, de establecer que cuando el partido baja línea sobre un tema determinado, seguir las indicaciones no es opinable, sino obligatorio para quienes ocupan cargos electivos en nombre del mismo, es absurdo desde todo punto de vista, porque lo que están pretendiendo Mario Abdo Benítez y sus seguidores es hacer lo que les venga en ganas, ignorando las directivas del partido al que representan en el Senado.
