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ASUNCIÓN. En la zona Refugio Permanente y San Felipe se viven dos realidades diferentes, bajo un mismo drama: la inundación. Las familias que viven en los refugios ya no tienen dónde ir, los que viven en San Felipe, tienen sus casitas, pero por las constantes crecidas, no se sienten seguros. El denominador común: mudarse al barrio San Francisco.
Una casita de madera humilde, con paredes remendadas con retazos de madera terciada y techos desgastados de eternit, sobre los cuales están ubicados bloques de adoquines y piedras grandes. Así es el humilde hogar de Luciana Almada, en la zona Refugio, de la Chacarita.
“Acá estoy viviendo hace 5 años. Antes vivía en el bajo y me instalé en el Refugio, corriendo de la crecida. Vivir acá no es fácil. El calor es insoportable y cuando hay tormenta y lluvia, te morís de miedo. Muchas veces me quedé sin techo, por eso pongo piedras, para que no vuele todo”, relató.
La lluvia, considerada bendición del cielo, se convirtió en una de las peores pesadillas para esta familia, por la precariedad en la que viven. “Cuando está por llover, mis hijos ya comienzan a llorar de miedo, porque saben que pasamos mal. Cuando nos hicieron el censo, mi hija, de 7 años, supo de la casa y ella es la que más pregunta cuándo vamos a mudarnos en una casa segura. Me dijeron que está muy linda”, comentó.
Para esta jefa de hogar, el futuro barrio San Francisco se traduce en brindarles seguridad a sus hijos. “Ya me quiero ir a vivir en San Francisco”, agregó. Doña Luciana Almada se está capacitando en varios cursos, en caso que surja alguna posibilidad de tener un trabajo estable.
