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Una comitiva fiscal-policial desmanteló una red de trata con fines de explotación laboral en el Chaco Paraguayo. Al menos 35 indígenas, entre ellos varios menores de edad, fueron encontrados en situación de esclavitud en una estancia situada en Boquerón. Los afectados pertenecen a la comunidad de Aché y eran obligados a realizar todo tipo de trabajo. Los intervinientes llegaron al sitio tras una denuncia recibida en el Ministerio Público.
CHACO.- Los investigadores recorrieron unos 1.900 kilómetros para llegar al lugar donde los denunciantes indicaron que se encontrarían las víctimas. El establecimiento es denominado Ruroka SA., donde los nativos eran utilizados como esclavos.
Según datos de la Fiscalía entre los rescatados encontraron 7 adolescentes y 2 mujeres, quienes se encargaban de un horno de carbonería, labor considerada de alta peligrosidad para menores de edad.
El procedimiento fue encabezado por la fiscal Antitrata de Personas, Teresita Martínez, quien manifestó que los niños fueron encontrados en estado desnutrición, deshidratados y con múltiples heridas en las manos aparentemente a consecuencia de las labores pesadas que realizaban.
La fiscal Martínez dijo que los indígenas pertenecen a comunidades de Curuguaty, Caaguazú y Salto del Guairá. Los mismos abandonaron sus ciudades tras recibir buena propuesta de trabajo y salario de parte de los dueños del establecimiento, quienes fueron identificados y quedaron sujetos a una investigación.
Aseveró, que se trata de un grupo de gente trabajadora quienes se trasladaron al Chaco con intenciones de vivir bien, pero fueron a padecer todo tipo de necesidades. Luego del rescate, las víctimas volvieron a sus lugares de orígenes.
“Hicimos más de 1.900 km para localizar el lugar. Se les convenció a estas 35 personas de ir a trabajar en el Chaco ante la falta de empleo que tenían en su zona. Debido a problemas del cultivo con el sésamo, fueron trasladados a este lugar inaccesible. Quedaron atrapados allí desde agosto. Su comunidad presentó la denuncia”, comentó la fiscal.
Acompañó el procedimiento, personal del Departamento Antitrata de la Policía Nacional. El traslado de los nativos del lugar contó con la colaboración de las Fuerzas Armadas de la Nación, que puso a disposición dos camiones de gran porte.
