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Los restos óseos hallados en una fosa ubicada en el microcentro de Asunción, no pertenecen a seres humanos, según el titular de la Dirección de la Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia, Rogelio Goiburú. Ahora queda por definir qué eran los sótanos en el domicilio ubicado en Herrera y Constitución.
ASUNCIÓN.- “Hasta ahora no encontramos nada de nuestro interés, lo hallado el martes no dice nada, son restos de materiales que podrían pertenecer a una clínica, botellitas de remedios, ampollas y algunos huesitos pero que no son de seres humanos”, fue la explicación de Rogelio Goiburú.
De esa manera descarta que los pequeños huesos encontrados en una fosa ubicada en una vivienda del microcentro (Herrera y Constitución) pertenezcan a seres humanos. No obstante, se continuará con la búsqueda ante la sospecha de que en el lugar vivían militares de la dictadura stronista.
El titular de la Dirección de la Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia, Rogelio Goiburú, explicó que fue convocado por el fiscal Ricardo Merlo para verificar los elementos hallados en el sótano de una vivienda.
Reconoció que los ladrillos de los sótanos son bastante grandes, como caracterizan a los que se fabricaban antes, además posee paredes muy sólidas y estructuras bien elaboradas.
Igualmente, indicó que según los datos, la propiedad habría pertenecido a militares de la época de Stroessner, pero que actualmente funciona como una clínica. De momento nada se puede decir.
La Dirección a cargo del citado se conformó precisamente con la misión de continuar con la búsqueda de desaparecidos bajo el régimen de Stroessner y de hechos se llegaron a recuperar varios esqueletos.
Por ahora no se tienen mayores datos sobre los sótanos encontrados en el lugar y continúan las averiguaciones por parte del Ministerio Público, según se destacó.
Rogelio Goiburú es hijo del desaparecido dirigente del Movimiento Popular Colorado (Mopoco), Agustín Goiburú, y sigue buscando restos óseos de los desaparecidos durante el gobierno de Stressner. “El desafío es todavía muy grande, porque estamos buscando a más de 500 desaparecidos”, explicó.
De de esa cantidad de personas, más de 400 están documentadas. Y comentó que numerosos son los casos de familias que nunca denunciaron las desapariciones, por desconfianza en la Justicia, no ven resultados palpables en la lucha.
