WASHINGTON.- Muestras de ADN encontradas en diferentes sitios arqueológicos revelaron que los orígenes de nuestro gato doméstico se sitúan en el Medio Oriente y el antiguo Egipto. Los gatos fueron domesticados por los primeros agricultores hace unos 10.000 años. Los análisis también desvelaron que la mayoría de estos antiguos gatos tenían rayas: los gatos con manchas fueron poco frecuentes hasta la Edad Media.
Según el estudio, todos los gatos domésticos descienden del gato salvaje africano, o ‘Felis silvestris lybica’, una subespecie salvaje que habita en el norte de África y Oriente Próximo. Los primeros asentamientos agrícolas probablemente atraían a estos gatos salvajes al estar llenos de roedores.
Los agricultores daban la bienvenida a estos gatos, por la sencilla razón de que los felinos protegían sus reservas de cereales de la voracidad de ratones y otros animales pequeños.
Durante sus migraciones, los agricultores llevaban a sus gatos domesticados consigo, extendiendo así a la especie por Europa y otros lugares a través de Egipto, el centro de comercio de aquella época.
Los gatos también se utilizaron para combatir a los roedores en los barcos comerciales egipcios, y de esta forma los animales se expandieron por grandes regiones del sur de Asia occidental, África y Europa.