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Venezuela inició el pasado lunes una semana crucial para su futuro inmediato, ya sea porque el Consejo Nacional Electoral habilita el camino hacia una salida pacífica a la grave crisis en la que se halla inmersa, por medio de la puesta en marcha del “Referendo Revocatorio” en el 2016 o, por el contrario, para terminar de sepultar la democracia y gritarle al mundo que se ha instaurado una dictadura, a la que ni siquiera importa guardar las “formas”. Y es que en medio de las innumerables trabas impuestas por el “chavismo” para desalentar a los peticionantes, el lunes pasado se inició la validación de firmas para activar el resorte constitucional, que culmina éste viernes. En la primera jornada, la oposición logró validar más de 70.000 firmas, de las 190.000 que precisa para cuando venza el plazo.
Las maniobras del Consejo Electoral son por demás alevosas. Desplegó solo 300 máquinas capta huellas para 1.300.000 firmantes, lo cual significa que la gente debe formar largas filas durante horas para poder cumplir con el trámite y, también, que muchas personas deben trasladarse hasta otros municipios porque en el suyo no disponen del aparato. Pero eso no es todo. En el afán de dilatar los plazos para que el “Referendo” se realice recién en el 2017, para que la destitución de Maduro no implique la realización de nuevas elecciones sino su reemplazo por otro “chavista”, el CNE se tomó casi 2 meses para iniciar el proceso de validación y ya anunció que hasta el 26 de julio no se pronunciará al respecto.
A esta desigual batalla interna, en la que el régimen de Nicolás Maduro tiene el manejo discrecional de todas las instituciones del Estado, se suma la que se libra en el ámbito internacional, con todas las miradas centradas en la reunión que mañana mantendrá el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), para estudiar el informe de su secretario general Luis Almagro. En sus conclusiones, propone que el organismo se pronuncie a favor de que el “revocatorio” se realice este año, la amnistía para los presos políticos y la apertura de canales de ayuda humanitaria, lo cual es rechazado de plano por Maduro y su pandillaquienes, en un intento de pasar a la ofensiva, “exigen” a la OEA que destituya a Almagro.
Paraguay ha sostenido una posición similar a la del secretario general ya en ocasión de la primera reunión de cancilleres convocada para analizar la situación de Venezuela, proponiendo que al gobierno de dicho país se le aplique la “Carta Democrática”, que prevé una serie de sanciones, incluyendo la suspensión como miembro pleno de la Organización; no así las representaciones de otros países, como Argentina y Brasil, que en ese momento optaron por emitir una declaración cuanto menos insulsa. Esa postura completamente equivocada le permitió ganar más tiempo al gobierno “chavista”, cuya maniobra está cantada: el próximo 26 de julio dirá que habrá revocatoria…dentro de 6 meses, es decir, el 26 de enero del 2017.
Es de esperar, pues, que dichos países asuman una postura coherente con los principios democráticos. Y no solo democrático, sino también humanitarios, porque las largas filas para validar las firmas se sumaron a otras que ya son comunes, como las que se ven forzados a formar los venezolanos a diario en busca de algo para llevar a la mesa.
La disyuntiva a la que se enfrenta Venezuela es muy clara: Referendo Revocatorio o Dictadura con miseria.