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El futuro ministro de Justicia de Mario Abdo Benítez, el diputado Julio Javier Ríos, dijo que hay que dejar jurar como senador al presidente Horacio Cartes, por respeto a las instituciones. Por el contrario, la futura ministra de Trabajo, Carla Bacigalupo, aseguró que los expresidentes solamente pueden ser senadores vitalicios. Parece que los pensamientos contrapuestos son una constante en Colorado Añetete.

ASUNCIÓN.- Por lo visto, los senadores añetete no son los únicos del entorno del presidente electo que hacen lo que les da la gana. Se nota que lo mismo ocurre en su futuro gabinete, en donde algunos de sus futuros ministros ni siquiera respetan su pensamiento en cuanto al tema del juramento de Horacio Cartes como senador de la Nación.

Recordemos que Marito había dicho varias veces que el presidente debe jurar porque así lo dispuso una sentencia de la Corte Suprema de Justicia que debe ser respetada. Ríos, futuro ministro de Justicia, comparte esta opinión y en una entrevista con Radio 1000 dijo que “a Cartes hay que dejarle jurar por respeto a las instituciones”, con lo cual hace una correcta interpretación de la situación puesto que, tal y como lo dispone la Constitución, se puede estar en contra de una sentencia de la Corte, pero siempre se la debe obedecer.

Por el contrario, Bacigalupo, que ocupará la cartera de Trabajo, tiene la postura contraria, ya que aseguró que “los expresidentes tienen que ser senadores vitalicios; no pueden ser otra cosa”.

En el caso de la futura ministra, su postura es entendible ya que formó parte del gabinete de Cartes, pero se la sacó por su actuación en el caso Pavão, así que habrá quedado con resentimiento e, imaginamos, no querrá que su exjefe acceda a la banca para la que fue habilitado y elegido.

Lo que llama la atención es la disparidad de opiniones en el movimiento añetete. Visto desde afuera podría uno pensar que se respeta la libertad individual de cada uno de sus integrantes, de pensar y hacer lo que les venga en gana. Sin embargo, para analistas políticos la situación es preocupante porque lo que podría desnudar esta disparidad de opiniones es la falta absoluta de liderazgo de Abdo Benítez, y eso, para alguien que está a punto de asumir el más alto poder de la República, puede llegar a constituir un serio problema.