ADN Digital
Luego de las decisiones adoptadas por el Ministerio Público desde que está al frente Sandra Quiñónez, no nos queda la menor duda de que volverá a actuar con eficiencia y contundencia en cuanto a la denuncia de que la campaña del presidente de la República podría haber recibido dinero del crimen organizado.
Por eso es que demuestra una ingenuidad política llamativa la actitud del entorno más cercano al presidente, que pretende desacreditar la denuncia atacando al denunciante, como si los hechos fueran importantes dependiendo de quién los cuenta y no de lo que implican. Si los asesores presidenciales hubieran analizado con seriedad lo publicado por el abogado del presunto capomafioso Cucho Cabaña, debieron haber recomendado a su jefe que fuera el primero en pedir una investigación seria, a fin de aclarar los tantos.
Porque no hay ninguna duda de que esto no es anecdótico, e, insistimos, no importa quién sea el denunciante, a qué sector pertenece ni si tiene o no algún interés político en perjudicar al presidente de la República. Lo que realmente importa es que es el abogado de alguien ligado al delito del narcotráfico, que cuenta con información de primera mano y que no estaría en condiciones de decir mentiras, porque estas perjudicarían su relación abogado cliente, y podría llegar a perder su trabajo.
Es por eso que las condiciones están dadas para que la Fiscalía actúe de oficio, y, el no haberlo anunciado hasta ahora no significa, necesariamente, que la fiscal general ya no haya tomado nota del tema y esté elaborando la estrategia a seguir.
Los últimos hechos han conseguido que la ciudadanía recupere la confianza en el Ministerio Público y que sienta a la institución como realmente comprometida con la protección a la población y la lucha contra el crimen, sin importar quién o quiénes podrían estar detrás. Es un hecho que a los agentes fiscales no les tembló la mano cuando firmaron las imputaciones de políticos poderosos y capomafiosos, y eso fue muy importante para la gente, que notó que años de abandono e indiferencia podrían estar llegando a su fin.
En el momento en el que, oficialmente, tome cartas en el asunto y siente postura sobre la denuncia de Valdez, comprometiendo a su equipo en la investigación de los hechos, Quiñónez habrá confirmado, sin atisbo de dudas, de que esta es una nueva Fiscalía, cercana a las necesidades de la gente y alejada de las presiones políticas y los negociados, a los que nos tenían acostumbrados sus antecesores.
El mensaje también será claro, diciendo que nadie podrá esconderse detrás de su poder para eludir a la Justicia, sin importar el alto cargo que ocupe. Sin necesidad de que el abogado Valdez presente ninguna prueba, de acuerdo a juristas reconocidos, la Fiscalía debe iniciar, de oficio, la investigación. No es cierto que la corrupción no deja huellas, puesto que podrá pedir el detalle de aportes, cuentas bancarias, rendición de cuentas, etc., varios procedimientos a los que podrán recurrir los agentes fiscales designados para llegar al fondo de la verdad.
No se está hablando de monedas, sino de un aporte de más de 500 mil dólares, suma imposible de esconder. Una suma tan grande deja huellas, y detrás de ellas es que deben avanzar los fiscales a quienes Quiñónez designe en la investigación, si existió el hecho.