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BRASILIA.- La presidenta brasileña Dilma Rousseff, suspendida del cargo por 180 días, emitió finalmente su primer discurso luego de la decisión de iniciar el proceso del impeachment tomada por el Senado.

La mandataria inició su exposición dejando en claro que no se trataba de una entrevista, sino que de un discurso. Agradeció a su equipo, a los que estaban presente y aquellos que estaban a su lado en ese momento (Ministros, senadores, diputados y miembros del Partido de Trabalhadores – PT)

Una vez más calificó al proceso de impeachment como un Golpe a la soberanía y democracia del Brasil, teniendo en cuenta que ella ganó la presidencia del vecino país con el voto directo de 54 millones de brasileños en las últimas elecciones.

Sostuvo que ahora está en juego no solamente su mandato, sino que el respecto a la voluntad del pueblo, a las movilizaciones libres, a la democracia y a la constitución nacional del Brasil.

“Desde que asumí la presidencia, fui blanco de un intenso sabotaje”

“Desde que asumí la presidencia, fui blanco de un intenso sabotaje que sirvió para forjar el medio propicio para esto que no es ‘impeachment’, sino golpe” manifestó la jefa de Estado.

Por otro lado, volvió a recordar que en ningún momento cometió algún crimen que justifique su suspensión al cargo. “No he cometido ningún crimen a la responsabilidad, no tengo cuentas en el exterior, nunca recibí honorarios y jamás conspire con la corrupción” sentenció, al mismo tiempo de afirmar que es un proceso frágil, jurídicamente inconsciente ya que ella es una persona inocente.

“No existe justicia más desvastadora que la que condena a un inocente”

“No existe justicia más desvastadora que la que condena a un inocente” lamentó y generó algunos aplausos por parte de los presentes. “Pude haber cometido algunos errores, pero jamás cometí crimen” expresó.

Finalizó diciendo que está orgullosa de ser la primera mujer electa presidente del Brasil. Repitió que no se cansará de luchar y defenderá su lugar al mando del Brasil, por los 180 días que podría durar el proceso de juicio político.