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Se alborota el gallinero

Desde hace algunas semanas lo venimos advirtiendo. ABC color y sus medios satélites están abocados a impedir de cualquier modo que Horacio Cartes jure como senador nacional, sin importarle un bledo que en su momento fuera habilitado por las instituciones jurisdiccionales, léase Tribunal Superior de Justicia Electoral y Corte Suprema de Justicia, ni menos que menos el resultado de la voluntad popular. Pero ahora fue más lejos y, como en vísperas de los sucesos del 31 de marzo del 2016, pretende imponer su voluntad por la fuerza.

La enfermiza obsesión de Aldo Zuccolillo hacia HC lo llevó a publicar en su editorial de ayer un llamado explícito, sin ningún disimulo, a reprisar los sucesos que derivaron en el incendio del Congreso y posterior crimen de Rodrigo Quintana. Es lo que propone, tras sostener que el juramento de Cartes como senador sería inevitable, “salvo que, como en aquella ocasión, se lo impida la ciudadanía saliendo a las calles… amparada en el Art. 138 de la Carta Magna que autoriza a los ciudadanos a RESISTIR A TODAS LAS DISPOSICIONES O ACTOS DE AUTORIDAD OPUESTOS A LO ESTABLECIDO EN LA CONSTITUCIÓN” (las mayúsculas son de ABC).

Por supuesto, sus esbirros políticos tomaron nota de la línea que les fue impartida y a la velocidad del rayo anunciaron, apenas pasado el mediodía, su “firme compromiso” en llevarla a la práctica. Es el caso del expresidenciable de la Alianza Ganar y titular del PLRA, Efraín Alegre; un desquiciado que hasta ahora no reconoce su derrota y se considera “vencedor moral” de los pasados comicios, quien hizo público un mensaje instando a la ciudadanía a “oponerse por todos los medios” a que HC asuma su banca en la Cámara Alta, haciendo suyo y de su partido el llamado a “resistir” que propicia “Don Acero”.

Las amenazas con repetir los actos de violencia de hace un año son, como dice el editorial en cuestión, por si el miércoles se realizara la sesión del Congreso y aceptara la renuncia del presidente, pero el intento de boicotearla sigue en pleno desarrollo. Sus principales promotores son hoy los miembros de la bancada de senadores de “Colorado Añetete”, como Arnoldo Wiens, Blanca Ovelar y Eduardo Petta, a los que se sumó Luis Alberto Castiglioni, quien renunció ayer, no sin antes romper lanzas con el presidente.

Tales hechos, a decir verdad, no deberían causarnos la menor extrañeza. Wiens, ya lo dijimos, no tiene noción de lo que es la política, Blanca no está muy lejos de eso, Petta no cuenta y Castiglioni es un traidor consuetudinario, sin principios, sin escrúpulos, sin códigos, que no se sonroja al afirmar ahora ser parte de “una nueva camada” destinada a sanear la nación, cuando en realidad es un parásito más del Estado paraguayo, del cual “mama” hace muchísimo tiempo.

La pregunta es ¿a qué juega “Marito”?. Primero dijo que no intervendría en la decisión de sus compañeros senadores, en lo referido al juramento de HC y, ahora, ¿dirá que tampoco incide en las decisiones de quienes integrarán su gabinete, o sea sus secretarios? Poco creíble, ¿no?, más aún teniendo en cuenta tales hechos se producen en el marco de la mencionada campaña impulsada por ABC y por sus antiguos aliados, como Alegre, con quienes compartió la misma “trinchera” en marzo del 2016. ¿Tampoco sobre eso opinará el presidente electo?

Veremos qué sucede el miércoles, pero, independientemente de eso, hay datos de la realidad que nadie puede desconocer: en filas de Añetete existen actores que, a juzgar por sus actos y sus dichos, quieren dar por terminada la relación política con el cartismo, mientras Abdo Benítez guarda un sugestivo silencio, lo cual es muy malo.

Y estos hechos, quiérase o no, alborotan el gallinero y plantean un panorama político incierto en el corto plazo.

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