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La canciller venezolana Delcy Rodríguez ha dicho que para el traspaso de mando en el Mercosur no hay ningún condicionamiento más que el de la rotación semestral. Y que de no darse a su país la Presidencia Pro Tempore que le toca asumir hasta fin de año, se estaría violando el tratado del bloque.
Lo peor que hay son las medias verdades. Delcy tiene razón cuando dice que en la parte del traspaso de mando no se habla de otras condiciones. Pero olvida que como condición establecida por el tratado para formar parte del Mercosur hay una cláusula democrática que obliga a los países a tener regímenes democráticos en donde esté vigente el respeto a los derechos humanos.
Así que no solamente no puede presidir el bloque. Venezuela ni siquiera debería ser miembro del Mercosur y si lo es fue porque en un momento dado coincidieron ideológicamente varios presidentes que pretendían representar al Socialismo del Siglo XXI, un engendro creado por Hugo Chávez que tuvo una corta vida y ningún logro de importancia.
Pero es inútil llorar sobre la leche derramada. Así que no queda más que aceptar que Venezuela es Estado parte del Mercosur, pero la cláusula democrática no ha desaparecido, por lo tanto, lo que podemos exigir es que el país que asuma la Presidencia, por más temporal que sea, respeta los derechos humanos y sus ciudadanos viven en plena libertad.
Es por eso que la decisión de Paraguay de oponerse a la Presidencia de Venezuela tiene justificación y argumentos legales. Es definitivo que la situación de los ciudadanos es precaria y lamentable. El gobierno de Nicolás Maduro no ha demostrado el más mínimo respeto a los derechos humanos de los habitantes de su país. Por lo que resulta impensable que, en esas circunstancias, pueda representar al bloque regional. Maduro es, por lo menos, impresentable.
De todos modos, el mismo tratado contiene reaseguros a fin de impedir cualquier tipo de abuso. Por eso es fundamental la disposición que establece que todas las resoluciones se tomarán por consenso. Así que basta solamente la oposición de Paraguay para que Venezuela no pueda recibir la Presidencia de manos de Uruguay.
Afortunadamente, el sentido común ha ido influyendo en los gobiernos de Argentina y Brasil, y en este momento, es Uruguay el único país que insiste en hacer el traspaso, posibilidad que parece alejarse cada vez más, a pesar de los pataleos de Delcy Rodríguez y su gobierno.
No es la primera vez que un mandato en el Mercosur se prorroga por bastante más tiempo del previsto en el tratado. Así que el mundo no terminará ni Latinoamérica irá a la bancarrota si Uruguay permanece como presidente luego de este mes.
También es bueno aclarar que nadie se opone a que Venezuela pueda llegar a la Presidencia del Mercosur. Porque la oposición paraguaya no es al pueblo sino al gobierno de Maduro. Así que si se encuentran los mecanismos para que el país caribeño pudiera volver a vivir en democracia, con el pleno respeto a los derechos humanos, nuestro país será el primero en aplaudir su Presidencia.