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Aunque el panorama político cambió, ya que Añetete dejó de ser disidente y se convirtió en oficialista, quedó confirmado que sigue la alianza de este sector con el efrainismo y el PDP, que consiguieron evitar que el liberal Salyn Buzarquis fuera destituido del Senado. Parece obvio que el abdismo seguirá dando mayoría a la oposición para imponer sus intereses, afirman legisladores cartistas.
ASUNCIÓN.- Resulta evidente que hay 2 bloques bien diferenciados en la bancada Añetete. Uno, en el que se encuentran Silvio Ovelar, Enrique Bacchetta y Juan Carlos Galaverna, que mantiene un contacto cercano con Honor Colorado y suelen votar de manera coincidente dicha bancada.
El otro sector está encabezado por Rodolfo Friedmann, que ve como enemigo al cartismo y no tiene empacho en apoyar abiertamente a la oposición. Este bloque sigue manteniendo el acuerdo que hizo que las bancadas del efrainismo y el PDP tuvieran mayoría durante varios años para imponer un criterio en el que muy pocas veces primó la legalidad.
Este sector, además, responde fielmente las instrucciones que reciben de los medios, especialmente de ABC, porque su promoción mediática es importante para sus intereses. Esto fue fundamental a la hora de analizar la pérdida de investidura de Buzarquis, del efrainismo, por lo cual no resulta nada extraño que una parte del oficialismo haya decidido salvar al liberal, aplicando conceptos totalmente diferentes a los que se utilizaron para destituir al colorado Víctor Bogado, en el Senado, y al también colorado José María Ibáñez en Diputados.
Desde que se planteó la pérdida de investidura de Buzarquis, quedó claro que ABC no tenía en sus planes su destitución, e hizo llegar ese mensaje a sus aliados del Senado. Así que una parte de Añetete, junto con los integrantes del efrainismo, el PDP, Frente Guasu y Patria Querida, obedientes y sumisos ante los intereses del diario de los Zuccolillo, salvó al liberal demostrando a las claras que no hay ningún concepto lógico a la hora de analizar la destitución de un legislador, sino solamente intereses sectarios y claramente ilegales.
Si estos sectores hubieran tenido un mínimo interés en buscar la verdad y actuar con honestidad, no podrían haber ignorado abiertamente que la situación de Buzarquis era la misma que la de Ibáñez, y la única diferencia es que el primero es liberal y el segundo colorado. Cada vez resulta más evidente que no se aplicará ningún criterio jurídico en los próximos casos, porque el “grupete”, de nefasta actuación en períodos anteriores, seguirá haciendo de las suyas, persiguiendo, preferentemente, a legisladores que pertenecen a Honor Colorado.
