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ASUNCIÓN. Al presidente Mario Abdo Benítez ayer le consultaron su opinión sobre el caso de la familia González Daher, clan poderoso en Luque, y, específicamente, de Ramón y su hijo, presos en este momento por lavado de dinero y usura. Respondió que en este país, y durante su gobierno, “nadie es intocable”.

Lo que ni él ni los periodistas recordaron es que los González Daher nunca fueron chanchos de su chiquero, por lo tanto es fácil que la Justicia actúe con fuerza sobre gente que no tiene ninguna protección política. Ojo, nadie está defendiendo al exdirigente de la Asociación Paraguaya de Fútbol. Lo único que estamos indicando es que, si hubiera pertenecido al entorno del presidente, seguiría siendo intocable como lo son todos los integrantes de su primer anillo, denunciados por corrupción, lesión de confianza, enriquecimiento ilícito y declaración falsa, entre varios otros delitos.

Hace tiempo que su remanida frase de “caiga quien caiga” es motivo de burla en las redes sociales, por una ciudadanía a la que ya no se le engaña con espejitos ni declaraciones rimbombantes. Ahora se deberá sumar la de “nadie es intocable”. Ambas demuestran que Marito sigue pensando que está en campaña proselitista, por lo que no tiene ningún empacho en mentir y lanzar falsas promesas.

Ni caerán ni dejarán de ser intocables los que están en su chiquero. Ni Eduardo Petta, ni Rodolfo Friedmann, ni Miguel Cuevas, por mencionar solo a esos cuyas “irregularidades” fueron bastante promocionadas mediaticamente.

En este país, han dejado de ser intocables los que pertenecen a sectores diferentes a los del presidente y sus aliados del PDP. Los que están cerca del poder siguen gozando de licencia para delinquir, con absoluta impunidad.