ADN Digital
Artículos relacionados
Varios senadores, principalmente de la oposición, siguen en el más absoluto silencio respecto a los casos que involucran a sus colegas Adolfo Ferreiro (Avancemos País), Enrique Bacchetta (ANR) y Eduardo Petta (ANR), en supuestos hechos de tráfico de influencia y amenaza a fiscales, en el caso de Petta. La situación se torna cada vez más peligrosa, debido a que un grupo pequeño, pero selecto, está moviendo los hilos para dejar impunes delitos cometidos por los citados, que sin lugar a dudas, gozan del blindaje político que se les brinda.
ASUNCIÓN.- En el caso de Ferreiro, según se puede escuchar en los audios filtrados, estuvo interesado en la causa del contralor general Enrique García, procesado por supuestas irregularidades que se habrían cometido bajo su dirección en la apelación de la condena de un Tribunal Arbitral, que obligaba al Municipio de Asunción a pagar a la firma verificadora de vehículos Ivesur, la suma de U$S 3,6 millones en concepto de indemnización, lo que evidenció un claro tráfico de influencia, pero que tampoco sus colegas tienen en cuenta esta situación, por lo que hasta el momento no movieron un dedo para dejar sin fueros al mismo y luego sin sus investiduras, tal cual lo hicieron con González Daher y Oviedo Matto.
Tanto Ferreiro como Bacchetta, tienen la misma responsabilidad que González Daher como Oviedo Matto, aunque con mayor suerte, ya que hasta el momento, ni uno de los legisladores se apresuró en solicitar una sesión extraordinaria para tratar el tema. En el caso de Bacchetta, es mucho más grosero, teniendo en cuenta que el senador se comunicaba asiduamente con jueces y fiscales denunciados por irregularidades. Sin embargo, estos datos, aparentemente son menores que los de González Daher y Oviedo Matto, por lo que sus colegas, ni tan siquiera se expiden sobre el tema.
Jueces con antecedentes de haber sido denunciados por supuesto cobro de coima, fiscales acusados por mal desempeño en sus funciones ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) y defensoras públicas de cuestionada actuación figuran entre los principales nexos del senador Bacchetta y su estudio jurídico con la Justicia, elementos que tampoco son tenidos en cuenta por los senadores “amigos” a la hora de medir los actos de corrupción o irregularidades que comenten los legisladores, amparándose en sus respectivos fueros.
En relación al parlamentario colorado Eduardo Petta, representante del Senado ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (LEM), existe un malestar por parte del gremio de fiscales, debido a que el senador Eduardo Petta, había manifestado que el fiscal que no quiere hacer su trabajo,” que se vaya entonces”, resaltó. Preocupados por la advertencia lanzada por éste, respecto al procedimiento fiscal en la investigación a Javier Díaz Verón, la Asociación de Agentes Fiscales rechazó la postura del legislador y calificó las manifestaciones del mismo como una amenaza directa contra los agentes del Ministerio Público. Las expresiones de Petta fueron tomadas como un chantaje, una vieja práctica que se ha instalado en el JEM y que deja mudo a la Cámara de Senadores, que hasta el momento, no trató estos casos.
AHORA EL TRÁFICO DE INFLUENCIAS ES “SANO”, SEGÚN LÓPEZ PERITO
A sabiendas que no habrá reacción de los medios “independientes” similar al caso Óscar González Daher, el senador Miguel López Perito, sin siquiera ruborizarse, defiende el tráfico de influencias. “Sí, usamos nuestras influencias, para qué queremos ser senadores si no vamos a tener influencias”, dijo el legislador.
Intentando justificar agregó que usa su influencia “en favor de la gente que recurre a ellos pidiendo asistencia en numerosos casos donde la Justicia actúa injustamente”.
Similar explicación dio su colega Adolfo Ferreira, de Avancemos País.
Cuando las grabaciones telefónicas producto de fonopinchazos –obtenidos de manera presuntamente ilegal- desnudó el tráfico de influenzas del senador colorado Óscar González Daher, todo el Senado y el medios que divulgó el contenido de las conversaciones pegaron el grito al cielo por tamaño acto de corrupción. Días después le tocó el turno al diputado Carlos Portillo y el senador Ferreiro, pero las reacciones ya fueron diferentes, bastante “descomprimidas”.
Ahora ya se está convirtiendo, el tráfico de influencia, en un elemento sano, hasta aconsejable porque según López Perito “las víctima de ese sistema es la gente más vulnerable, la gente que no tiene medios, o la gente que no tiene influencias, o la gente que no quiere a quién recurrir”, refirió López Perito.
El planteamiento de López Perito es combatir una irregularidad con otra al calificar de “fallido” al sistema judicial, “porque en la mayoría de las veces funciona por plata, por órdenes superiores”, entonces entendió que ese mismo mecanismo podría ser utilizado por el para resolver problemas judiciales de la gente que acude a él. Nada más parecido al mecanismo que tumbó a González Daher.
Pero no quedó ahí pues advirtió que lo seguirá haciendo: “Sí, usamos nuestras influencias, vamos a seguir usando y la usaremos con todo el rigor y con toda la energía necesaria hasta que funcione el sistema institucional paraguayo o si no para qué queremos ser senadores si no vamos a tener influencias para defenderle a nuestros conciudadanos” y concluyó con una frase de antología “no es delito llamar a un fiscal o juez y conversar sobre una causa judicial”.
