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ASUNCIÓN.- El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se había mostrado más que dispuesto a que se inicie un debate sobre la reforma de la Constitución Nacional. Sin embargo, cuando se planteó el tema desde el gobierno, la oposición exigió que la mesa de trabajo analizara, antes que nada, la reforma electoral, ya que no había posibilidad de que los sectores minoritarios participen de una elección de convencionales en estas condiciones.
Ningún funcionario del gobierno quiere hablar ahora de la posibilidad de que se convoque a elección de convencionales para instalar la Convención Nacional Constituyente, que reforme la Constitución Nacional, una de las principales promesas de campaña de Mario Abdo Benítez.
Lo cierto es que desde el gobierno parecieron bastante predispuestos a cumplir con esta promesa desde el comienzo, pero todo estuvo tan desorganizado, que se pasó la responsabilidad de convocar a un diálogo nacional a un viceministro, cuando que debía ser el mismo jefe de Estado el que encabezara esa convocatoria para hablar con todos los sectores de la sociedad. Por eso no hubo fuerza para mantener la iniciativa gubernamental, y se cedió a la presión de la oposición, que exigió que antes de empezar a hablar de una constituyente, se realizara la reforma electoral.
Como en ese tema tampoco pasó nada durante el 2018, se presenta difícil el panorama para un diálogo que tienda a una constituyente. Y si este año no se inicia el proceso, será difícil que se haga en los siguientes, puesto que en el 2020 vienen las internas, tanto para elegir a las autoridades partidarias como a los candidatos a las elecciones municipales, que se harán en noviembre de ese año.
En el caso de que se realice la constituyente durante este período presidencial, Abdo Benítez había dicho que uno de los temas que plantearía sería el de la reelección presidencial, hasta ahora prohibida por la Constitución vigente, aunque prometió en reiteradas ocasiones que, en el caso de aprobarse, la figura no afectaría a quien estuviera en ejercicio la Presidencia en ese momento; esto significa que él no pretenderá un segundo mandato.
Si se resuelve la necesidad de reformar la Constitución, la Justicia Electoral deberá convocar a elección de constituyentes en un plazo de 6 meses, y los opositores amenazan con no participar, puesto que, aseguran, no confían en los miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
