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Si no es gran corrupto y coimero, pisa sus umbrales

Por: Cirilo Ibarra Enciso. Periodista de ADN en Mariano Roque Alonso
Por: Cirilo Ibarra Enciso. Periodista de ADN en Mariano Roque Alonso

Hace poco, cuando se produjo el incendio en el vertedero Cateura de Asunción, que por cierto fue bastante grave, ya aparecieron de vueltas los concejales “pescadores de rio revuelto”, buscando sacar provecho de la desgracia.

Uno de ellos fue Martín Arévalo, del movimiento Colorado Añetete. Si éste no es un gran corrupto, un gran coimero, debe estar pisando sus umbrales. Es más, está haciendo suficiente “mérito” para ser sindicado como alguien sobornado, porque esgrime “millones” de razones infundadas para pedir la clausura de Cateura.

En un programa de televisión, Arévalo tuvo una discusión con el Abg. Miguel Marín, asesor jurídico de la empresa Empo S.A., dedicada a la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos y que maneja Cateura.

En esa ocasión, el concejal dejó claramente reflejado que le mueve otros intereses, nada que ver con el bien común. Dijo que no sabe cómo, ni porque el vertedero Cateura se instaló casi sobre el río Paraguay. Renglón seguido sostuvo que hace 22 años es concejal.

Es increíble este supuesto representante del pueblo, porque cualquiera se puede preguntar ¿Y qué hizo todo ese tiempo que no se interesó mínimamente de los trabajos que se desarrolla ahí? Repentinamente al parecer fue tocado por una barita mágica (que tal vez se llame coima) y empezó a preocuparse del sitio.

También dijo que la Municipalidad debe recibir un canon por las toneladas de basuras que ingresan a ese sitio y que la empresa no informa del volumen manejado diariamente. Pero igualmente señaló que la comuna tiene 15 funcionarios destinados a la verificación del ingreso de los camiones recolectores.

Tuvo que ser el abogado Miguel Marín quien le brinde todas las explicaciones, incluyendo el informe sobre cómo inició sus tareas Empo en ese lugar, que fue tras un estudio de factibilidad del Banco Mundial. Y los funcionarios municipales son destinados para observar el movimiento y se supone que son quienes deben informar del volumen de basuras recepcionadas diariamente en el vertedero.

Sin dudas, éste concejal asunceno, Martín Arévalo, es el “mejor” exponente de los concejales esquilmadores de dinero de los contribuyentes.

Hoy, hablar de concejales, salvo honrosas excepciones, es hacer referencia a quienes integran esa especie de “ficción”, llamada Junta Municipal. Ésta fue diseñada para que centenares de inútiles e incompetentes políticos vivan a costa de los demás.

Y a éste Martín Arévalo, seguidor de Marito Abdo Benítez, apenas le toca la oportunidad de aparecer en público, no hace otra cosa que reflejar su escuálida y raquítica preparación y formación. Y esa es la percepción que tiene la ciudadanía de casi todos los concejales. Y si tienen títulos, saben que no pueden competir en una oposición justa y transparente, conocen sus limitaciones intelectuales.

Entonces se meten en la política, porque en el ámbito de las actividades privadas son incapaces de alcanzar un bienestar y apenas logran una mejor vida, son prepotentes, soberbios, orgullosos, vanidosos, etc.

Y ésta clase de políticos, no solamente son innecesarios, sino que entorpecen la buena marcha de una Municipalidad con sus decisiones arbitrarias, interesadas y muchas veces son para robos y abusos.

En una Municipalidad, no son ellos quienes resuelven los problemas, son los técnicos, los que en verdad conocen los problemas y posibles soluciones. Son quienes hacen su trabajo con rigor, cobrando lo justo, que no van de “figuretis” y que no se meten en política para solventar las cuestiones pertinentes de su competencia. Mientras tanto, los concejales cobran dietas millonarias y tienen miles de prebendas más.

Otro ente que directamente tiene también “vela en el entierro”, hablando del caso Cateura, es la municipalidad de Villa Hayes. Ocurre que en esa ciudad del Bajo Chaco ya está en ejecución el proyecto de un nuevo vertedero, pero las autoridades locales manejadas por el PLRA, se oponen.

El cuento es el supuesto terrible daño ambiental a la región y sacan resoluciones supuestamente de protección ecológica o interponen acciones judiciales, todas contra una empresa, pese a que ésta cuenta con resoluciones judiciales que le favorecen.

Es decir, la Municipalidad de Villa Hayes se constituye en un Estado dentro de otro Estado y hasta desconoce disposiciones de la Secretaría del Ambiente (SEAM) y lo que es realmente triste, simplemente respondiendo a intereses particulares. No permite otro vertedero, porque de esa manera, si se clausura Cateura, todas las basuras de Asunción deberán ser trasladadas al vertedero ya existente en Villa Hayes.

Y eso es lo que buscan algunos concejales de Asunción, liderados por Martín Arévalo y toda la Municipalidad de Villa Hayes. Basta de responder a intereses particulares. Y si las autoridades comunales villahayenses no quieren recibir más basuras, tampoco deben recibir más coimas y sacar de una vez por toda una resolución de prohibición de más basuras en ese municipio.

Basta de mentiras, la cuestión no es protección ambiental, no es contra las basuras, es la protección y abultamiento de los bolsillos de unos cuantos.

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