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Soluciones justas

La irracional postura de los dirigentes de la Coordinadora Nacional Intersectorial, quienes se aferran ciegamente a la exigencia de condonación y/o subsidio de 17.000 labriegos, provoca el desgaste de la protesta y su creciente impopularidad, que aumenta a la par de cada bocacalle que bloquean a diario en la Capital. Salvo el apoyo que reciben de algunos pescadores de río revuelto que perdieron toda noción de la realidad, como Efraín Alegre y sus comandados, más otros que por infundadas razones ideológicas hacen lo mismo, como en el caso del Frente Guasu, el resto, la mayoría, considera descabellado el reclamo, por decir lo menos.

Hasta ABC color, que ante la menor oportunidad no duda en tirar nafta al fuego, esta vez calificó de “sensata” la postura del Poder Ejecutivo, al plantear la refinanciación como una alternativa real para los campesinos que no están en condiciones de honrar sus compromisos financieros. El tema será abordado mañana, en sesión ordinaria del Senado, en donde debe primar la razón y no los malos cálculos electoralistas de quienes están dispuestos a todo a cambio de un mísero voto.

La cuestión debiera ser sencilla. Si hasta ahora se obtuvieron buenos resultados con la política de refinanciar las deudas, que ya benefició a casi 13.000 familias rurales, lo primero que cualquiera se pregunta es ¿Por qué dejarla de lado y desempolvar nuevamente la consigna de la condonación?

Para hacer un planteamiento alternativo se supone que primeramente deberían demostrar que dicha fórmula fracasó, lo que desde luego obligaría a todos a barajar otras alternativas. Pero como ese no es el caso, rehúyen dicho debate y saltan directamente a su alocada pretensión, que buscan imponerla mediante la sanción de una “Ley de Emergencia” en favor de personas innominadas, sin que nadie sepa quiénes, ni para cubrir qué tipo de deudas, ni en dónde las contrajeron.

Sucede que los números son irrefutables. El gobierno ya les hizo entrega de 10.000 millones de guaraníes en concepto de “resarcimiento”, les condonó intereses por valor de 38.000 millones, les refinanció 38.000 millones más a 12 años de plazo, con dos de gracia y les asistió con otros 6.000 millones para proyectos productivos; lo que sumado representa un monto de 92.000 millones de guaraníes.

A esto se agrega el “plan de contingencia” anunciado ayer por el Ejecutivo, que consiste en otorgar un subsidio de 27.000 millones a 2.600 labriegos afectados por las intensas heladas registradas días atrás, además de la reapertura de las listas para que se inscriban aquellos que se encuentran en mora por créditos contraídos para la producción.

Acuerdos más razonables y ventajosos para estos compatriotas resultan difíciles de imaginar, aunque una de las comisiones asesoras del Senado, la de Legislación, ya dictaminó a favor de la condonación, desoyendo las voces que mayoritariamente se alzan en contra.

Es hora de recuperar la cordura, si es que eso no resulta demasiado pedir a nuestros congresistas. Su labor es legislar en función a los intereses del pueblo paraguayo, no en base a sus estrategias electorales. Después de todo, se trata de nuestro dinero, del dinero de todos los contribuyentes, no del que saldría de sus bolsillos para congraciarse con un sector social al que, como señalamos, se le están dando respuestas concretas.

El Ejecutivo debe mantener con firmeza la tesis a favor de la refinanciación. Es una postura justa que, como tal, será valorada por la sociedad, la cual sabrá castigar a los políticos que persistan en actitudes irracionales con el único fin de potenciar sus proyectos electorales, aun al costo de generar un ambiente de crispación social y zozobra.

 

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