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ASUNCIÓN.- El escándalo que generó el descubrimiento de que el presidenciable disidente Mario Abdo Benítez utiliza el avión privado del empresario Aldo Zuccolillo para sus viajes al interior del país, en realidad, no muestra nada nuevo. Esta es una vieja treta del dueño de ABC, quien solventa campañas electorales para, luego, sacar ventajas del gobierno que resulte electo.
La gente que defiende la modificación de la Ley de Financiamiento Político piensa que el objetivo es solamente evitar que la mafia del narcotráfico pudiera solventar campañas políticas para luego manejar los hilos de los gobiernos locales o de las cámaras del Congreso.
Pero esa no es la única mafia que utiliza el anonimato para poner plata en las campañas de determinados candidatos. También están otras mafias, como las de los empresarios de medios de comunicación, que a cambio de la plata que ponen exigen tratos preferenciales en varios temas, y con ello consiguen marcar la agenda del gobierno de turno.
Este es el caso de Zuccolillo y su diario, desde el cual apoya a tal o cual personaje para apretarle los tornillos si es que llega a ganar las elecciones. En las internas coloradas de diciembre, decidió apoyar a Abdo Benítez, sencillamente porque durante el gobierno de Horacio Cartes se le cerraron todas las puertas para sus negociados y tuvo que bancarse vivir en un ostracismo terrorífico, del cual quiere salir a toda costa a partir del 2018.
Lo que sabemos por ahora es que el disidente utiliza el avión privado de “Acero” para hacer su campaña proselitista por el interior del país. Lo que no sabemos es qué se comprometió a darle a cambio, siempre y cuando gane, las internas primero y las generales de abril después. Pero imaginamos que todo tendrá que ver con licitaciones en las que resulten beneficiadas sus empresas y con el acceso irrestricto a la información privada del gobierno por parte de los periodistas del diario.
Así que la nueva Ley de Financiamiento Político, que figura en agenda desde hace meses en la Cámara de Diputados, también golpeará duramente a los empresarios inescrupulosos puesto que tendrán que identificarse claramente como aportantes a la campaña de tal o cual candidato. Ni Zucco ni ABC deben tener mucho interés en que la legislación entre en vigencia.
