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El curapárroco de la parroquia Inmaculada Concepción de María, Bernardo Torales (57), protagonizó un accidente ayer aproximadamente a la 1:30, en inmediaciones del Mercado 4 de Asunción. Testigos afirman que el sacerdote se encontraba borracho. Según los datos, el religioso estaba al mando de una Nissan, tipo pick upy se estrelló contra dos automóviles, un BMW tipo 328 y un Suzuki Swift; ambos estacionados. De esta manera, la Iglesia Católica no solo cuenta en su seno con abusadores de niños, sino también con locos al volante.
ASUNCIÓN.- De acuerdo a los datos, poco después de la 1:30 de la madrugada de ayer, sobre la Avda. Perú casi Teodoro S. Mongelós de la capital del país, un estruendo sacudió al vecindario. Cuando los pobladores salieron a observar lo ocurrido encontraron que una camioneta Nissan, tipo pick up, color verde, con chapa BDC-983 se había estrellado contra dos automóviles, un BMW tipo 328 y un Suzuki Swift, ambos estacionados frente a una pizzería.
El fuerte ruido atrajo a los lugareños y estos se agolparon para ver lo ocurrido. El conductor responsable del choque descendió visiblemente conmocionado y según una testigo del hecho, el hombre traía una camisa blanca manchada con lo que parecía ser vino tinto y olía como tal. Los afectados inmediatamente llamaron a la Policía y minutos después llegó al lugar una patrullera de la Comisaría 3° Metropolitana.
El responsable del accidente resultó ser el sacerdote Bernardo Torales (57), párroco de Inmaculada Concepción de María y director del colegio Inmaculé. Minutos después del suceso llegaron dos personas más a asistirlo, y según los afectados, intentaron solucionar el problema con dinero, para que el caso no pase a mayores, es decir, que no tome estado público.
De acuerdo a los datos, coincidentemente en la noche del miércoles se celebró la cena de navidad del Arzobispado, en el Seminario Metropolitano, hasta altas horas de la noche, de la cual participaron los referentes de las parroquias de la capital.
Pese al reclamo de los afectados, no se realizó en el momento el alcotest. La testigo contó que mientras el procedimiento seguía su curso, ya a cargo de las dos personas que llegaron después, el sacerdote se echó a dormir. Mientras tanto Julio Manuel Levy Beezko (38) y Ana Teresa Arancedo Silva (28), cuyos rodados resultaron dañados en el percance, fueron hasta la comisaría para radicar sus denuncias.
