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Los que ahora se presentan como grandes defensores de la Constitución Nacional en realidad fueron los primeros en violarla, cuando de manera arbitraria y entre cuatro paredes, decidieron que Luis Ángel González Macchi fuera confirmado como presidente de la República, pisoteando las normas legales. Claro que todos se beneficiaron con altos cargos públicos, algo que ahora no tienen, por eso patalean contra la enmienda.
ASUNCIÓN.- Con algunos de los amigos que tiene la pobre Constitución, no necesita enemigos. Los liberales que se rasgan las vestiduras anunciando una inexistente inconstitucionalidad de la figura de la enmienda para establecer la reelección presidencial, alevosamente ignoraron las disposiciones de la Carta Magna cuando, en 1999, luego del Marzo Paraguayo, decidieron confirmar al entonces senador, González Macchi como presidente de la República, cuando que, en realidad, debía convocarse a nueva elección.
Y eso sin mencionar al disidente colorado Juan Carlos Galaverna, quien reconoció públicamente ser un violador de la Constitución por haber evitado que Argaña fuera candidato del Partido Colorado a la Presidencia de la República, a pesar de haber ganado las internas.
Esto luego de la renuncia del presidente, Raúl Cubas Grau (ANR). El vicepresidente, Luis María Argaña, fue asesinado. Por lo que había una doble acefalía y correspondía una nueva elección. El entonces presidente del Congreso, González Macchi, debía asumir interinamente la presidencia y convocar a nuevas elecciones.
Pero un mal llamado “Acuerdo Nacional”, impidió a la población decidir. Este “acuerdo” no fue en favor de la población y sí para una grosera repartija de cargas entre los políticos que luego terminó en un saqueo en las instituciones gubernamentales.
Claro que en los 2 casos mencionados se dieron diferencias fundamentales con lo que ocurre en este momento, cuando se habla de establecer la enmienda constitucional, un mecanismo que garantiza la participación ciudadana puesto que es la gente la que, vía referéndum, es la que decidirá si quiere o no que haya reelección presidencial.
Tanto, el senador Juan Carlos Galaverna, en el 92, como los liberales, en el 99, planificaron la violación a la Constitución entre 4 paredes, en secreto y en abierto contubernio con otros tan inescrupulosos como ellos. Por si esto fuera poco, los liberales se beneficiaron con altos cargos públicos, como Miguel Abdón Saguier, quien fuera ministro de Relaciones Exteriores del gobierno inconstitucional de González Macchi, al igual que Luis Alberto Wagner, nombrado en el cargo de la cartera de Agricultura y Ganadería.
Por lo tanto, los rimbombantes discursos sobre la inconstitucionalidad de la enmienda que provienen de estos personajes hipócritas y caraduras, lo único que hacen es dar la certeza a la ciudadanía de que este mecanismo es perfectamente válido y democrático, dos características que estos politiqueros de cuarta categoría no están dispuestos a permitir.
