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A tan solo 3 semanas

Faltan apenas 21 días para que los paraguayos tengamos de nuevo la oportunidad, que se nos da cada 5 años, de elegir el país que queremos dejar a nuestros hijos. Las posiciones están tomadas y un importante porcentaje de ciudadanos ya saben por quién votar. Pero hay un importante sector de indecisos que sigue sin definirse y que muy bien puede aprovechar este domingo de Pascua para reflexionar y asumir una postura.

Nadie debe quedar indiferente. Sin importar a quién queramos como presidente de la República a partir del 15 de agosto próximo, el domingo 22 de abril tenemos que acudir todos a las urnas para que nuestra participación en la consolidación del nuevo gobierno sea definitiva.

A lo largo de las últimas décadas y con la llegada de Internet y las redes sociales, los paraguayos hemos dado un paso muy importante, aprendimos a poner en palabras nuestros más íntimos y personales pensamientos, algo que, hasta no hace demasiado tiempo, parecía casi imposible. Los habitantes de este país hemos vivido, demasiado tiempo, encerrados en nosotros mismos como para haber imaginado alguna vez que podríamos conseguir el mecanismo de manifestarnos y expresarnos.

Pero todo exceso es malo y en el último tiempo se ha dado el fenómeno de que todos tenemos opinión y la manifestamos, pero una preocupante mayoría prefiere hacerlo sentada frente a la computadora, antes que participando en actos que pongan en acción lo que dice en las redes sociales.

Una gran mayoría ha manifestado su preferencia electoral tanto en Facebook como en otras redes sociales. Pero habrá que ver si esa cantidad de electores acudirá el 22 al local de votación que le corresponde y concretará allí, en el cuarto oscuro, lo que anunció a voces en Internet.

Insistimos en la necesidad de participación porque es la mejor manera de dar legitimidad a quien resulte electo para la Presidencia. Nada mejor que un alto porcentaje de votantes para que nadie pudiera cuestionar a quien asuma el timón por los próximos 5 años.

Por eso es que resulta importante aprovechar este domingo en el que celebramos la Pascua de Resurrección, que suele reunir a la familia en torno al almuerzo festivo. Discutamos y analicemos juntos lo que queremos para el país y para los nuestros. Y decidamos en función a eso cuál es el candidato de nuestra preferencia. Convenzámonos de que los cambios los hacemos todos juntos, y que nadie puede seguir en graderías, indiferente y sin comprometerse porque la realidad nos exige arremangarnos e involucrarnos activamente en la política nacional.

Sea por uno u otro, el 22 tenemos que votar. De lo contrario, perderemos todo derecho a quejarnos o a cuestionar a los gobernantes.

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