SHANGHÁI – Luego de la destitución de Dilma Rousseff y previo a la reunión del G20 (grupo de las 20 naciones más poderosas del planeta), el ministro de Finanzas del Brasil, Henrique Meirelles, vendió a su nación como una opción fuerte a empresarios del país asiático.
“Las previsiones de crecimiento del 1,6% en 2017 y 2,5% en 2018. La tendencia histórica en Brasil es tener tasas sustancialmente más altas y vamos a trabajar para volver a crecer alrededor de un 4% de media”, dijo Meirelles en un seminario de negocios, acompañado por el presidente Michel Temer, según la agencia de noticias brasileña G1.
De acuerdo con la encuesta Focus realizada por el Banco Central del Brasil, las expectativas de los economistas encuestados es una expansión de 1,23% en 2017 y del 2% al año siguiente.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 0,5% de la economía brasileña en 2017, contra una proyección de crecimiento cero realizados en las dos últimas encuestas del órgano.
En el segundo trimestre de este año, la economía brasileña continuó disminuyendo. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 0,6% en el trimestre anterior. Es el sexto trimestre consecutivo de descenso. En valores corrientes, el PIB alcanzó R $ 1,5 billones de dólares.