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Terror a escuchar la voz del pueblo

Lo que pasó ayer en el Senado, que a la velocidad del rayo rechazó la enmienda de la Carta Magna para tales fines, no fue más que una maniobra artera, de bajo nivel y claramente antidemocrática, planeada entre gallos y medianoche por senadores de la disidencia colorada y sectores de la oposición, que siendo solo 23, se atribuyeron la facultad, cuando no, de decidir sobre un tema que es de incumbencia de casi 4 millones de paraguayos, a quienes les negaron el derecho a expedirse sobre esta cuestión de tanta trascendencia.

Ni le “madrugaron” a Horacio Cartes, ni se “sepultó” la posibilidad de que se instituya la figura de la reelección. El primero nunca se pronunció sobre el tema y, respecto a lo segundo, existen otros mecanismos para reformar la Constitución y habilitar al presidente y los gobernadores a ejercer un segundo periodo. Lo que pasó ayer en el Senado, que a la velocidad del rayo rechazó la enmienda de la Carta Magna para tales fines, no fue más que una maniobra artera, de bajo nivel y claramente antidemocrática, planeada entre gallos y medianoche por senadores de la disidencia colorada y sectores de la oposición, que siendo solo 23, se atribuyeron la facultad, cuando no, de decidir sobre un tema que es de incumbencia de casi 4 millones de paraguayos, a quienes les negaron el derecho a expedirse sobre esta cuestión de tanta trascendencia.

Quienes creen haberle propinado un golpe a Cartes se equivocan y no solo porque no era “su” proyecto. Sin querer le hicieron un favor que ni se imaginan, pues a partir de ahora, dejará de ser el “blanco” de todos los que le atacaban de mañana, tarde y noche para desgastar su figura, ante la eventualidad de que buscara el “rekutu”, y seguirá abocado con más tranquilidad a los proyectos de interés de toda la nación.

Tanto “Marito” y sus seguidores, como el liberal Efraín Alegre, se acobardaron ante la posibilidad de tener que enfrentar en comicios no solo a HC, sino también a Fernando Lugo e incluso a Nicanor Duarte. En la interna colorada resulta obvio que el aspirante de la disidencia no tiene ninguna chance contra Cartes, mientras que a Efraín no le votarían ni los miembros de su corriente interna si Lugo estuviera habilitado. ¿Pero, cómo pueden pretender ejercer la presidencia de la República quienes de antemano admiten ser menos “populares” que otros, a quienes por ello sacan de carrera?

Más allá de esta actitud, propia de timoratos que debieran dedicarse a otros menesteres, lo más cuestionable de los promotores del rechazo a la enmienda es la forma grosera en que expresaron su desinterés por escuchar la voz del soberano, de todos los electores. Porque en el caso de haberse aprobado un proyecto de esta naturaleza, el mismo tenía que ponerse a consideración de la ciudadanía, por medio de un Referéndum, en el cual, votación mediante, ejercería el derecho a decir sí o no a la reelección. Pero no, ellos prefirieron “cocinar” todo entre 23.

Luego de ser rechazado el proyecto de enmienda, algunos senadores disidentes y opositores no lograron ocultar sus emociones. “Marito”, “Beto” Ovelar, Luis Alberto Wagner y Desirée Masi, entre otros, intercambiaban abrazos y palmadas en las espaldas, pero yendo a los hechos, ¿Qué es lo que ganaron?  ¿Acaso “Marito” no considera que aunque no hubiera reelección, sobre lo que no todo está dicho, deberá enfrentar al candidato de Cartes, quien para entonces, con todos los proyectos que están en desarrollo, será el “gran elector”? ¿Y el pobre Efraín, aún sin Lugo, piensa que tiene alguna mínima posibilidad de agrupar en torno suyo al grueso de la oposición?

La “movida” que resulta más difícil de entender es la de Fernando Lugo. Su base principal, el Frente Guasu, no asistió a la sesión extraordinaria a sabiendas de que sin enmienda (o reforma) él no podrá aspirar nuevamente a la presidencia- Y, ¡oh sorpresa! El exobispo, con su presencia en la sala de sesiones, hizo el quorum mínimo para que sus colegas adoptaran la decisión que lo mantiene inhabilitado de cara al 2018. Digno de siquiatría, porque en las ciencias políticas hallaremos explicación.

En fin, de este nuevo bochorno que tiene como protagonistas a los mismos de siempre, es decir a la disidencia de la ANR y parte de la oposición, no hay nada que aprender, salvo cómo no deben proceder los buenos políticos, sean de la corriente que fueren: Apelar siempre a la maniobra rastrera para hacer primar sus intereses mezquinos y no apelar nunca a escuchar la voz del pueblo, para dar cumplimiento a lo que éste le dicte.

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