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El presidente del Congreso, Fernando Lugo, confirmó que no convocará a jurar como senador al presidente Horacio Cartes. Toma esta determinación extralimitándose en sus funciones y en abierto desacato a dos resoluciones judiciales, una del Tribunal de Justicia Electoral y otra de la Corte Suprema de Justicia.
ASUNCIÓN.- Con esta decisión, el presidente del Congreso se está arrogando atribuciones que no tiene. Como había explicado en una entrevista anterior, el exasesor del TSJE, Carlos María Ljubetic, el parlamento no tiene ninguna competencia para opinar al respecto. Porque según la Constitución Nacional, la Corte Suprema de Justicia es el único órgano responsable de convocar, dirigir y proclamar las elecciones y los derechos de quienes fueron elegidos.
Dado el caso concreto de la negativa de Lugo a excluir a Cartes, electo a través de los votos, el exasesor opinó que “en este momento, no le puede convocar, porque Cartes tiene una incompatibilidad por ser presidente de la República. Él tendría que jurar después del 15 de agosto”. Y lo que debe hacer Lugo, en opinión de Ljubetic, es “notificar a la Justicia Electoral para que ésta designe al que le corresponde substituir”. Sería temporalmente, porque no existe ninguna inhabilidad, simplemente una incompatibilidad.
Con esto se refuta lo expresado por Lugo, quien había sentenciado de antemano que Cartes, lo único que puede ser es “senador vitalicio”. Además, con la decisión que toma el presidente del Congreso, se está extralimitando en sus atribuciones, porque incumple la resolución del TSJE que proclamó a Cartes como senador electo.
La actitud asumida por el senador Lugo es bastante peligrosa para la vida institucional y para la democracia misma, porque lo peligroso es que un poder del Estado decide de por sí, desoír una medida judicial por la cual declaró constitucional una acción del TSJE, que es habilitarle a Horacio Cartes.
Los que argumentan en contra del juramento de Cartes se basan en que el presidente debe ser senador vitalicio y dicen que eso representa una inhabilidad siendo que él fue elegido democráticamente. El argumento carece de sentido lógico, porque es “muy absurdo que un presidente que terminó correctamente su mandato, no pueda jurar como senador y uno que fue sacado por mala gestión en sus funciones, sí”, había afirmado Ljubetic.
Lugo, ¿es tonto o se hace? Porque es reiterada su negativa a acatar la decisión de la Corte Suprema de Justicia, y esto constituye un delito penado por la Ley. Aunque, si ahora no respeta la decisión de la máxima instancia judicial, ¿acaso le va importar exponerse a sanciones? Un pésimo ejemplo está demostrando el que debería ser celoso por el cumplimiento de la ley.
