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“Toma” fracasada

La primera “toma” de colegios resultó bien. Despertó la simpatía de la ciudadanía. Era una novedad. La situación edilicia de las escuelas y colegios estaba al límite, de modo que la medida se justificaba.

Y ese es el detalle importante. Que las medidas de fuerza se justifiquen. Entonces todo el mundo apoya. Aplaude. Es para rectificar rumbos. Para hacer bien las cosas en el futuro.

Pero nadie, pero absolutamente nadie, puede negar que el Gobierno se puso las pilas desde entonces y empezó todo un vasto programa para revolucionar el tema.

Se amplió considerablemente el presupuesto para Educación, pero por sobre todo se inició un vasto programa de reparación edilicia de colegios y escuelas. Ese trabajo está en curso  y alcanzará a todas las  instituciones educativas que estén en emergencia. El Gobierno sacó de la galera el reciente aumento del 12% para los 80.000 docentes de todo el país, lo que significa una tonelada de plata, domo se dice vulgarmente.  Está el tema de las becas, buscando que la juventud paraguaya tenga mejores formadores,  están maestros en las mejores universidades del mundo, en carreras totalmente pagadas por el Gobierno paraguayo. Algo que no se hacía desde la época de Carlos Antonio López.  También están en curso miles de becas para estudiantes de escasos recursos que podrán apostar así a un mejor futuro.

En fin, largo de enumerar.

Entonces, la conclusión racional ante todo esto, es…esta segunda toma de colegios no está justificada en absoluto. Es cierto, faltan cosas por hacer, pero es normal, no se puede solucionar todo de la noche a la mañana.

Además, la “toma” que fue simpática para la ciudadanía, esta vez está contaminada de politiquería. Ese es un rostro muy feo, sobre todo cuando afecta a jóvenes estudiantes de secundaria, es decir la mayoría de ellos, menores de edad. Y esto de la politiquería  no es una suposición. El diario La Nación publicó en tapa cuando dirigentes del PLRA, seguidores del delirante Efraín Alegre,  estaban bajando víveres frente a uno de los locales tomados por los alumnos.

Esta segunda toma esta desnaturalizada además por otros ingredientes feos. El hallazgo de preservativos y restos de bebidas alcohólicas en una de las instituciones donde se realizó la medida de fuerza, es indignante, imperdonable, quiere decir que es una joda antes que una reivindicación seria. Mantuvieron encarcelado al pobre sereno de una institución tomada y asaltaron la cantina del local.  Hechos vandálicos realmente.

Esta vez, igualmente, como la medida no se justifica, lo reiteramos, los padres y los alumnos que no están adheridos a la medida, exigieron la apertura de los portones y que las clases se retomen normalmente. Quedó en evidencia también que los “tomadores” son una minoría que no goza de la simpatía  de sus compañeros.

Son pequeños grupos partidizados, los que sostienen aún la medida.

Además de ello, habría que agregar “pichados” en esta circunstancia, ya que todo el mundo les señala racionalmente que están equivocados, pero no quieren apearse de su impopular medida, para no quedar como perdedores ante los ojos de sus compañeros y de la sociedad.

Entonces fueron  a apostarse frente a Hacienda. Allí, estarán posando para los medios, insistiendo neciamente, tratando de hacer lo que les ordenaron sus líderes “pidan cosas imposibles de cumplir”.

Ojala que esta fallida experiencia les sirva de lección. Se metieron en camisa de onces varas. La toma debe ser desactivada, es como perder la guerra, pero ordenar que pequeños grupos sigan combatiendo.

Simplemente porque esta vez…no se justifica.

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