Torpeza

No somos serios. Aparentemente no tenemos bien desarrollado el hemisferio cerebral que impone la planificación para que una actividad esté bien hecha. Si hasta hemos acuñado frases que califican tragicómicamente esta actitud. “A lo Luque”, por ejemplo, decimos cuando una empresa está  mal terminada, aunque los luqueños últimamente andan medio orgullosos del tal apelativo. “Así nomás”…”upeichante…”, lo que vaticina que los resultados no serán los esperados.

Así en las cosas grandes y pequeñas. Hace poco tiempo nomás arrancaban las obras para el famoso “Súperviaducto”, de Mme. Lynch y Sta. Teresa. Todo muy bien, una obra harto necesaria que mitigará el suplicio de cientos de miles de automovilistas que circulan por el sitio…pero no estaban listos los caminos alternativos y la caravana de automovilistas fue empujada a lodazales, cauces cloacales, callejones sin salida, etc. Ante las protestas, al poco tiempo los caminos alternativos relucían de impecables, nuevitos.

Se fisuró el puente del Mburicaó sobre la avenida Artigas y se iniciaron las obras de reparación. Bien. Pero…¿Y las vías secundarias para sortear ese tremendo cuello de botella?. Nada. Un desastre. En realidad, nada nuevo bajo el sol. Todo el mundo se lo esperaba y no pasó nada además de los consabidos plagueos.

Podemos seguir con más anécdotas al respecto, pero no debemos hacer aguardar más al lector para señalarles a quienes holgadamente se ganaron el título de los “Reyes de la Improvisación”. Nos referimos a las cuadrillas municipales tapabaches del “beatle”, Mario Ferreiro.

Maravilla las obras que están encarando. Las calles de Asunción no daban para más. El fondo de la cuestión no está en danza. La forma en que las llevan adelante es el grave problema que denota una absoluta falta de planificación y menos aún de control de las obras que se están llevando a cabo.

Las que se encaran en el arranque de la Avda. Gral. Santos en su intersección con Fdo. de la Mora, son un terrible ejemplo. Avanzan a ritmo de tortuga, llevan meses en el lugar, paran, vuelven al cabo de la semana, indolentemente un par de obreros removiendo cosas, luego vuelven a trabajar, en una retahíla de nunca acabar. Y el tráfico es impresionante.  El furor de los automovilistas bate récords. No hay señalizaciones adecuadas y en su impotencia los más apurados arremeten sobre las zanjas, pagando un alto precio por ello.

Ahora las cuadrillas de Ferreiro se están ocupando de recapar la Avda. José Félix Bogado, nada menos. Una vía de salida rápida de la ciudad, para toda la populosa zona de Lambaré Villa Elisa, y demás.

Por supuesto, nunca trabajan a la noche. De día, cuando hay más movimiento. Ayer, estaban en las inmediaciones de la capilla Sta. María y San Nicolás. Para los dos sentidos de circulación se utilizaba una misma calzada.  El atasco era fenomenal. Lo simpático, por llamarlo de alguna manera, era que el semáforo de la esquina, funcionaba normalmente prolongando la luz verde en el carril desierto.  Genial. No tuvieron la inteligencia de apagarlo o ponerlo en luz amarilla titilante…a lo Luque.

Alguna vez habría que hacer un alto y estudiar a fondo esta mentalidad. Por supuesto es un ítem educativo de largo alcance. Quizás materias relativas a la planificación, al control, a la puntualidad, (otro drama nacional) deberían formar parte de la malla curricular de nuestras instituciones educativas.  Estamos entrando con todo en el siglo XXI  , no podemos seguir así.

Commentarios

comentarios

Mira también

Nunca es tarde

Fue en una conversación casual entre amigos, en estos días calurosos de finde. Por supuesto …