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Torre de Babel

No es la primera vez que se llama así a Ciudad del Este, la variopinta capital del Alto Paraná, en donde confluye una cantidad impresionante de razas y nacionalidades con un sistema bastante peculiar que les permite la convivencia entre todos, sin perder sus características y particularidades.

Pero lo que está ocurriendo ahora está por convertir a la segunda ciudad mayor del país en una Torre de Babel diferente, en donde una cantidad impresionante de postulantes al sillón vacante en la Municipalidad, está dispuesta a competir a muerte, porque cada uno de ellos quiere ganar las elecciones de mayo, sin que les importe un ápice la suerte de los habitantes sino los buenos negocios que se podrán hacer manejando uno de los mayores presupuestos del país.

Si, a menos de una semana de haberse convocado las elecciones, ya existen más de 10 precandidatos a la intendencia, de aquí al 24 de marzo, cuando se realizarán las internas simultáneas, la cifra podría haber aumentado exponencialmente. Un bastión tradicionalmente colorado está ahora en riesgo, y eso lo percibe la oposición, ante la polarización excesiva que existe entre los movimientos internos republicanos. Porque de esos más de 10, por lo menos 8 son solamente del movimiento Añetete, lo que pone en evidencia que la frágil unidad que aún conserva el oficialismo está a punto de enfrentar su prueba más dura.

Falta poco más de un mes para las internas y durante este tiempo, todos los medios se centrarán en las ofertas electorales que presente cada movimiento y cada partido político. Si la oposición pretende conseguir una alianza electoral, está contra reloj para hacerlo, y, a pesar de la feroz división colorada, para ella tampoco la cosa está muy fácil ya que ninguno está dispuesto a renunciar a la posibilidad de alzarse con el premio mayor. Y como la intendencia es el único cargo en juego, no hay posibilidades de negociar espacios a cambio del apoyo a un eventual candidato.

Cualquiera hubiera pensado que si tanto los añetete como la oposición tenían tanto empeño en destituir a McLeod, era porque ya tenían un plan bien elaborado para quedarse con el poder municipal. Pero parece que no fue así. De hecho, ni siquiera a nivel interno el oficialismo tiene armado un plan que evite la confrontación y permita que el bloque se mantenga firme, sin escisiones de ningún tipo.

Algunos piensan que, si el cartismo vuelve a ganar en las internas de marzo, el oficialismo colorado se aliará con la oposición para evitar que el nuevo intendente vuelva a ser de Honor Colorado. Esto no es tan absurdo como aparenta, puesto que ya ha quedado más que evidente que el presidente Mario Abdo Benítez tiene más facilidad para negociar acuerdos políticos con la oposición que con sus correligionarios de la vereda de enfrente.

Lamentablemente, lo que nadie piensa es en lo que ocurre con la población local. Los habitantes de Ciudad del Este llevan meses sufriendo los embates de una crisis política que solo puede beneficiar a algún sector determinado, pero no a ellos. Y esto será mucho peor en estos meses que restan para las elecciones. El sueño de una cantidad de personajes políticos, de llegar a ser intendente de la capital paranaense, se convierte en la peor pesadilla de los esteños, como si ya no hubieran aguantado lo suficiente.

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