Inicio / Impreso / Tristeza y frustración

Tristeza y frustración

ASUNCIÓN. (Por José María Troche).- Terminó la participación paraguaya en la Copa Sudamericana. El que llegó más lejos fue Cerro Porteño y por esas cosas del fútbol quedó fuera de las finales. Vio escapar una vez más la posibilidad de ganar una copa internacional.

No hay nadie a quien culpar. Ni al árbitro, ni a la altura ni a nada. El Ciclón jugó su mejor partido internacional en mucho tiempo y bien pudo haber sido el ganador. Y, claro, el clasificado, pero ese gol en contra de Pereira fue finalmente el que determinó que no pudiera llegar a la final. Le pasó lo mismo que al otro azulgrana de las semifinales, que cayó en Chapecó por la misma causa que Cerro Porteño en Medellín.

Porque fueron incapaces de marcar un gol. Pero no porque no lo buscaran o no lo quisieran, sino porque en ambos casos, hubo arqueros en el frente que salvaron el grito sagrado y propulsaron a sus equipos a disputar la final. Recuérdese que en los últimos segundos del tiempo agregado, el arquero Chapecoense estiró la pierna y sacó la pelota que pudo haberle dado la clasificación a San Lorenzo.

Cerro Porteño fue mejor, en muchos pasajes de la lucha que su rival. Florentín encontró la fámula para anular el toque y la proyección del equipo colombiano y con profundas cargas, principalmente por la izquierda, se ubicó al menos en 4 ocasiones con posibilidades claras de convertir. Principalmente las dos del segundo tiempo: el pase de Cecilio a Beltrán que despidió un cañonazo que desvió el golero local, y aquel tiro desde fuera del área de Rodrigo Rojas, que por poco no fue gol.

No significaba esto que Nacional no hiciera nada. Al contrario, agazapado en el fono salía con veloces contragolpes como aquella pelota de 60 metros de Macneelly Torres para Berrio, que supo solucionar Antony Silva, de nuevo figura rutilante en el empate.

Cuando el tiempo llegaba a su fin y no caía el gol, Gustavo Florentín empezó a mover las piezas de su equipo buscando ese gol salvador. Pero ya se olvidó del fútbol del primer tiempo, con gran actuación de Estigarribia y Domínguez, para desequilibrar y llegar hasta la puerta de Nacional.

Se olvidó del libreto que tan bien aplicaron y comenzó de nuevo el desmadre: todos a la carga, centrazos de aquí para allá, pelotas paradas desperdiciadas, remates apenas desviados, o la justa, precisa y eficaz intervención del golero verdi blanco.

No hubo caso, se hizo lo que se pudo, se aplaudió al equipo por su entrega pero nadie, nadie en el mundo le quita al pueblo cerrista el dolor de una nueva frustración, y la tristeza de quedar en esta temporada con el pálido consuelo de un puesto en le próxima Copa Sudamericana que parece que es lo único que ganará Cerro Porteño en este olvidable 2016.

Commentarios

comentarios

Mira también

Duplicación de rutas 2 y 7: pagan US$ 798.000 por indemnización

CAAGUAZÚ.- Para avanzar con el proyecto de duplicación de las rutas 2 y 7, en …